Nadie se pregunta por las posibilidades del setlist. Saben a lo que vienen. Conocen las canciones, el orden y los rostros de los que siguen usando máscaras en el escenario; a estas alturas el protocolo del anonimato “orejón” parece innecesario, pero esta noche es esencial. Cinco conejos arriba de la tarima y algunos más observándolos. Todos igual de emocionados por volver a encontrarse en este ritual que iniciaron la década pasada; es como reunión de Prepa o Universidad. Llevo contadas 14 orejas entre el público y un par de máscaras que funcionan como máquinas del tiempo. Ando cazando unos pins, pero 10 años después mi vista ya no es la misma que cuando recogía sus botones del piso del Alicia.

Daniel Patlán (@folkmetender) tiene una teoría interesante: “la banda que veía a Austin TV en 2003 tal vez ya no tiene el tiempo para disfrazarse porque ya crecieron; vienen de la chamba, ya no traen mochila”. De acuerdo, aunque nosotros sí, el morral ahora trae trabajo.

“Roy Rogers” pisa el acelerador del DeLorean y rebasamos las 88 millas por hora: Austin TV está tocando en un cine abandonado. Los micrófonos a la altura de las bocas no registran letras cantadas, sólo agradecimientos, emoción y más adelante una voz quebrada.

“Ella no me conoce”. Primera llamada.

No hay espacios sin latidos en las canciones. Los silencios que alguna vez planearon en el cuarto de ensayos, ahora son utilizados por el público para advertir el cambio de ritmo con aplausos, o estrellando palmas y muslos para seguir al baterista; nuestros recursos a falta de coros. Realmente nunca necesitamos cantar con ellos para entender de que se trata esto, siempre tuvimos mucho que escuchar, sentir y ver en el escenario: los conejos, las hojas, los caballeros… Acaban de decirlo: se tomarán un descanso indefinido.

“Hagan algo que sea real. Algo digno de la última noche antes del fin del mundo”. Segunda llamada.

Que bien suena “Ashia”, que rápido está pasando todo: consecuencias de viajar en el tiempo. Los niveles de nostalgia están en rojos, estamos recordándonos en distintos periodos durante los últimos 12 años. Cuando te encontraste un disco con unos conejitos; cuando la Reclu se subió a presentarlos en el Vive; cuando se echaron ese cover de “Tonight Tonight“; cuando tocaron con Chino (Moreno)… Cada quien tiene sus recuerdos, pero todos compartimos el soundtrack.

Terminó el recuerdo de hace 10 años, sigue la despedida. Una larga pausa entre los conejos y los caballeros, ya se fueron a cambiar. Una pausa mayor se avecina en su carrera. Aunque mis labios no se mueven mi corazón está triste.

“Marduk”. Tercera llamada. Llanto

“¡SOMOS LIBRES CARAJO!”

Lágrimas y luces en las máscaras de los caballeros: un cambio de ritmo activó unos foquitos, mientras que el canto de su público activó los lagrimales. Sin comunicarnos, todos acordamos no empezar a extrañar lo que aún teníamos enfrente. Tenemos que celebrar que coincidimos durante 12 años, que tuvimos una relación próspera y real con una banda que nos quiere, la misma que hace unos años nos regaló 600 copias de Azrael para agradecer el apoyo, la misma que está tocando “Valiente” en este momento.

Ya se va a acabar.

“undostrescuatro
undostres
undos
undostrescuatro
undostres
undostrescuatrocinco”

Hasta pronto Austin TV. Gracias.

“Tu cara no importa, importas tú”.

Fotos tomadas con una cámara Nikon D3X y objetivos 14-24 mm y 24-70 mm.