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Hay un antes y después de Lou Reed y para recordarlo invitamos a diferentes personajes de la industria musical para que escribieran sobre Lou, su legado y cómo marcó sus vidas. A lo largo de la semana nos despediremos del gran Lou Reed como se debe, celebrando la carrera de un ícono.

Terminamos la serie con un texto de Mariana Uribe, comunicóloga que ha dedicado buena parte de su vida profesional a la supervisión musical en películas como Gimme The Power, Mariachi Gringo y Sobre Ella. Actualmente también es locutora de Reactor 105.7 y baterista de Yellow Yesterday.

El sentimiento que la muerte provoca en los vivos es siempre raro. No es más que el normalísimo ciclo de vida, pero el final de alguien es lo que invariablemente te hace reflexionar y pensar en lo que dicha persona te dejó, en lo que más vas a extrañar de él y en cómo te gustaría llevarlo en ti. Es como una implosión y una explosión al mismo tiempo. Te acabas, te vas, pero al momento de tu muerte, llenas de ti todos los espacios del pequeño mundo al que pertenecías.

Creo que nunca me había tocado ver a gente de edades tan disparadas igualmente conmovida por la muerte de un músico. Lou Reed, desde un poco antes del incomparable debut en 1967 de The Velvet Underground, hasta el día de su muerte, no dejó de hacer música. Es la constancia y tan prolífica carrera lo que ha movido los corazones y cabezas de tantas personas.

The Velvet Underground, para mí como para tantos otros, fue revelador. Me abrió la puerta a un mundo que no conocía, uno oscuro y misterioso, salpicado de momentos de extrema ternura y felicidad. Bastó una escucha del The Velvet Underground & Nico para que la banda liderada por Lou Reed y John Cale fuera una constante en mi mundo, una de mis cosas favoritas; nunca había escuchado algo parecido.

La honestidad en las letras de Reed. Sin pena, directo, sin miedo a los juicios. Sexo, drogas, sentimientos que nadie admite pero todos reconocemos. Por eso, tal vez, nos resulta tan reconfortante y trascendente su música. Tuvo la valentía y las agallas que todos quisiéramos tener.

Cómo contrapone sentimientos opuestos. La música de Lou Reed tiene la particularidad de expresar sentimientos opuestos en una misma canción. Positivo y negativo revuelto en unos cuantos minutos; nada más cercano a la vida real.

Iconoclasta. Desafió todas las convencionalidades que existían en la música hasta el momento. Con Warhol como mentor y sumergido en la escena más experimental de los 60 en Nueva York, Lou Reed se convirtió en uno de los bastiones del rock sin más ni más.

Cuatro discos con The Velvet Underground bastaron para que se convirtieran en una de las bandas más veneradas e influyentes de la historia. Después del Loaded en 1970, Reed emprendió una carrera como solista, completamente libre. Tan libre y único como su ostrich guitar (todas las cuerdas en la misma nota) y su Metal Machine Music, un álbum doble de “feedback loops”. Pocos han logrado que tanta gente ponga atención en la música experimental. Su mancuerna con John Cale es inigualable. Y su eterna relación con músicos experimentales como La Monte Young y John Zorn, le dieron a su música ese envolvente e intrigante misterio que no se sacude. Y es que parte de su genialidad para mí, reside en el equilibrio perfecto entre cosas tan dispares como el pop y el noise.

En una entrevista que dio a Weekend Edition en 2006, hablaba de lo rápido que se va la luz perfecta (platicaba de su fotografía), de lo poco que dura:

“the light comes and goes so quickly when it’s perfect. There’s a certain time in the morning, certain time around dusk, where the light is golden. I wanted to catch that”.

Lou Reed no sólo cachó esa luz perfecta, sino que fue la luz en diferentes momentos. Con The Velvet Underground, que incomodó a tanta gente y vendió poco al principio. Y con sus discos solistas tan torcidos y de contenido no apto para persignados y blandengues.

La famosa frase de Brian Eno:

“everyone who bought one of those 30,000 copies started a band”.

Nada que explique mejor la influencia de Lou Reed en la música como la conocemos hoy. Yo, como muchísimos más, soy una de esas “víctimas” movidas por The Velvet Underground, que terminaron en una banda.

“There’s a bit of magic in everything, and then some loss to even things out”.

Adiós, Lou Reed.