Desde su debut el año pasado, la música de Poliça ha sido encasillada dentro del mundo del indie pop, incluso en el del trip hop y hasta en el del R&B mezclado con sintetizadores. Lo cierto es que con tan solo dos discos de estudio, la banda de Minneapolis ha recorrido caminos experimentales que la han llevado a evolucionar en tan solo un año. Su nueva entrega titulada Shulamith mantiene la oscuridad constante que nos presentaron en su álbum Give You the Ghost; sin embargo, en algunos momentos logra brillar un poco más y convertir este disco en un trabajo más accesible.

¿Que diferencia a Poliça de bandas similares como Chvrches o Purity Ring? Por lo menos en este nuevo disco, el quinteto comandado por la vocalista Channy Leaneagh y el compositor Ryan Olson se centran en procesar los sonidos del bajo y en inyectarle un poco más de tensión a los sintetizadores y a la música en general. “Chain My Name”, el corte abridor, tiene un brillo que sin duda dista de lo primero que escuchamos en la corta carrera de Poliça, y a lo largo de las canciones se siente una nostalgia diferente.

La oscuridad distintiva de la banda gusta, sin ella no serían lo mismo, pero curiosamente en Shulamith se mezcla con una instrumentación más creativa y personal. Canciones como “Smug” y “Vegas” viven juntas como lo momentos más sombríos del disco, pero también donde la voz de Leaneagh toma un camino más teatral. “Very Cruel” por otro lado, está hecha de sintetizadores rasposos y ritmos que nos muestra la cara más Portishead de la banda, una cara “trip-hopera” que llega a su punto máximo en “Torre”, sin duda una de las mejores canciones.

La colaboración de Justin Vernon de Bon Iver en “Tiff”, es el resultado de que en su momento el músico clasificó a Poliça como su banda favorita del planeta. Al final, el trabajo en conjunto se resume a una canción con un espíritu sutilmente distinto a las demás y un sonido mucho más apegado al indie pop; con efectos de sonido pero con una rítmica y una estructura bastante más sencilla. Esta diversidad que recorre los 12 tracks hacen de Shulamith un mejor disco que su antecesor, pero también significa un paso más en la búsqueda de una identidad real.