No hay escapatoria de Miley Cyrus. Durante los últimos meses se ha dedicado a garantizar que todos sepamos quién es y que aquellos que ya la conocían, rompieran la imagen que tenían por completo. Después de la aparición de Selena Gomez y Vanessa Hudgens en Spring Breakers, tuvo que llevar sus actos al siguiente nivel. Una intensa campaña mediática para ponerla en ojos de todo el mundo como una suripanta, cuando no era del todo necesario. Bangerz, su cuarto álbum de estudio, es una emancipación del mundo de Disney, al menos en espíritu. Un disco pop con propuesta, que no sobrevive las expectativas que la misma Miley creó al respecto.

La primera parte de Bangerz es impecable, 6 sencillos diversos uno tras otro. Fuera de la potente balada “Wrecking Ball” y el himno de la generación YOLO “We Can’t Stop” que ya habíamos escuchado, hay otro par de canciones que escucharemos hasta el cansancio en fiestas, programas de televisión y cualquier lugar que necesite un extra de energía. “4×4”, una colaboración con Nelly toma algunos de los sonidos favoritos del square dance y les añade un nivel más de intensidad. “SMS (Bangerz)” es un manifiesto extraño, al colaborar con Britney Spears se pone al nivel de esta reina de los excesos, mientras le ayuda a promocionar su residencia en Las Vegas. Divertida, pero no tan atrevida como pudo haber sido.

El equipo de productores detrás del álbum es de primer nivel, Mike Will Made It se convertirá en uno de los nombres más importantes de la industria con sus 7 aportaciones a este álbum. En “Wrecking Ball”, Dr. Luke demostró por qué él solo ha sido capaz de crear tantos de los sencillos más importantes de la década con artistas como Katy Perry, Rihanna y Ke$ha, además de ser muy superior a lo último que ha grabado con sus otras consentidas. Aunque muchos pensarían que Pharrell hace este tipo de colaboraciones por compromiso “#Getitright” tiene su sello único impreso, se escucha como si fuera una canción que tenía pensada para su camino solista y decidió donar a la señorita Cyrus.

En los nombres menos conocidos se encuentra Afuni, quien produce una de las pistas más interesantes de todo el disco. “FU”, en colaboración con French Montana, es un híbrido entre balada y canción de big band mezclada con dubstep y sorprendentemente es muy buena. En general, el disco se trepa muy bien a los géneros de moda como éste o el trap, mientras otros artistas pop solo se adentran con timidez a estos terrenos, hay que reconocer que Miley los domina.

El mayor logro de Bangerz fue separar a Miley Cyrus del universo Disney, aunque tuviera que transformarse en una bomba de tiempo para lograrlo. El problema de construir a un artista a partir de controversias y modas es que éstas son pasajeras, no son suficientes para mantener una carrera. Peor aún, cuando acaparas el reflector por tanto tiempo como Miley la gente se cansa, te vuelves un chiste que ha sido contado mil veces y el cual nadie quiere volver a escuchar. En este disco Miley Cyrus demuestra que, con el equipo de producción adecuado, tiene el potencial de aportar algo fresco al mundo del pop… ojalá alguien se acuerde de ella cuando el twerk pase de moda, Adele saque otro disco y otra decena de nuevas cantantes intente ser la chica sexy rara y divertida.