Hace exactamente cuatro años, un 10 de septiembre de 2009, Nine Inch Nails dieron el que temimos sería el último concierto de su historia. Pero se sintió como una despedida emocionante y totalmente justa, ya que la banda había llegado al punto más alto de su carrera, con siete álbumes de estudio y una de las giras más aclamadas de la última década, Lights in the Sky, un impresionante y alucinante espectáculo que realmente nos podía sumergir en la siniestra mente de Trent Reznor. Era un doloroso adiós, pero se retiraban triunfantes.

Cuando Trent se embarcó en distintos proyectos, como la realización de bandas sonoras para películas (como The Social Network o The Girl With the Dragon Tattoo) o la creación de otra banda (How to Destroy Angels), sabíamos que el hombre tenía su vida planeada y que sabía lo que hacía. En realidad, el mundo descubrió que, con estos trabajos, el líder de NIN perfeccionaba cada día más sus habilidades en el estudio. Todo lo aprendido en sus nuevos proyectos decidió usarlo para traer de vuelta a Nine Inch Nails.

En 2013 el anuncio de un nuevo disco de NIN paralizó al mundo musical. Todo pasó muy rápido. Llegaron los primeros detalles, y después la primera canción “Came Back Haunted”, un corte más electrónico que pesado, que comenzó a ilustrarnos un nuevo horizonte para Nine Inch Nails.

Cuatro años después de iniciar con su descanso, Trent Reznor regresó con Hesitation Marks, un disco que claramente determina el inicio de una nueva etapa para Nine Inch Nails. Es ambicioso y con un sonido gigantesco. Desde sus primeras canciones, se nota un proceso de producción minucioso, incluso obsesivo, en el cual participó el mismo Reznor, con la ayuda de Aticus Ross y Alan Moulder.

En Hesitation Marks conviven las ideas de Trent Reznor que dieron vida a siniestros universos como The Downward Spiral o The Fragile, pero con un toque más pop, líneas de voz más digeribles, menos gritos y más beats electrónicos, muy a la Year Zero o The Slip, que incluso son de un perfil más oscuro que su nueva entrega. Hesitation Marks es un álbum con un poderío constante, pero que desconoce completamente la furia o fuerza de un Trent Reznor más agresivo. Es un disco maduro para NIN, es un logro artesanal, pero que sólo merece ser guardado detrás de una vitrina, y que sólo los años decidirán de qué forma se añeja.

En el contexto de la música actual, Hesitation Marks está lejos de ser innovador, revolucionario o incluso catártico. Tal vez brilla más por canciones separadas, como el primer sencillo arriba mencionado, “Find My Way” (el primer pasaje que desacelera el álbum), “I Would for You” o incluso la que marca oficialmente el inicio (y el regreso de NIN), “Copy of A”. Aún así, no es un disco con un sonido fresco que emocione por su unicidad. Es como si Trent Reznor lo hubiese pensando como una súper máquina inteligente, más que como un músico apasionado.

Hesitation Marks marcó el regreso de Nine Inch Nails en su totalidad. Su lanzamiento incluye una gira mundial con un nuevo espectáculo y un nuevo futuro para la banda. Y al tratarse de Trent Reznor, todo lo tiene fríamente calculado. Con Hesitation Marks es como si tuviera una firme intensión de convertir a NIN en una banda más universal y una que trascienda generaciones, bajo un concepto de evolución acorde a las tendencias actuales, como se puede notar en “Everything”.