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Uno de los ritos necesarios para convertirse en una banda legendaria incluye pasar por un concierto perfecto. No basta con una presentación que sea calificada como excelente o que deje satisfechos a todos los que fueron, no, tiene que ser algo más. Un evento cultural que cambie la vida de los presentes, el curso de la carrera de la banda y que hasta termine convirtiéndose en un parte aguas, un antes y después en la vida de la banda. Eso es un concierto perfecto.

The White Stripes tienen muchos conciertos memorables en su carrera pero, si de buscar la perfección se trata, hay uno que supera a todos los demás. El año era 2005 y se encontraban en la cima de su carrera. “Seven Nation Army” se había convertido en un éxito internacional y la banda rápidamente se convirtió en el ícono de rock en el mundo a medida que el género perdía fuerza. En ese año la banda emprendió una de sus giras mundiales más grandes en promoción de Get Behind Me Satan y aprovecharon para hacer su primera gira por Latinoamérica. Ahí la banda visitó Manaos, Brasil la ciudad capital del estado de Amazonas, región que, como su nombre lo indica, está cubierta en su mayoría por la selva tropical. Ahí The White Stripes ofrecieron su concierto perfecto.

¿Qué lo hizo un concierto perfecto?

  • El lugar donde tocaron no es cualquier lugar, es el Teatro Amazonas, un recinto construido a finales del siglo XIX por empresarios que querían tener una demostración de la belleza y avance europeo en el centro de la selva. Durante los siguientes años el teatro se convirtió en un recinto que recibía a los mejores actos de música clásica de todo el mundo, después, por problemas económicos en la región, permaneció cerrado por 90 años. En 2001 abrió sus puertas una vez más, pero seguía siendo un recinto exclusivo para la música clásica, nunca para una banda de rock. Eso cambió en 2005 cuando el teatro dio la bienvenida a The White Stripes la primera y única banda de rock que tocó en dicho recinto.
  • The White Stripes habían visitado brevemente Brasil en 2003 para un festival, pero su primer concierto en forma en todo el país fue en el Teatro Amazonas, un evento que causó furor en todo Brasil.
  • Fue tanta la emoción y expectativa que los boletos se agotaron en segundos y no hubo otra opción más que poner pantallas en la plaza central de Manaos para todos los que se quedaron sin boleto. ¿El resultados? Miles de personas congregadas en la plaza y afuera del teatro experimentando el concierto a su modo.
  • Ese mismo día unas horas antes Jack White, Meg White, amigos, su manager y la modelo y en ese entonces novia de Jack, Karen Elson hicieron un recorrido por diferentes partes de la selva. Todo concluyó en el punto donde se unen los ríos Amazonas, Solimões y Negro. Ahí sobre una canoa y con chaman presente, Jack se casó con Karen Elson. La euforia de su recién contraído matrimonio se contagió en el concierto y el propio Jack dijo que era un día muy feliz, casi al inicio de la presentación.
  • El setlist del concierto fue una combinación perfecta entres sus éxitos, rarezas y hasta uno que otro cover sorpresivo.
  • Cerca del final del concierto, White le pidió a la audiencia del teatro que lo esperaran unos minutos ya que él y Meg tenían que salir por algo. Acto siguiente, el dúo atravesó todo el teatro corriendo para salir a la entrada principal y asomarse por las escaleras para saludar a los miles de fans que veían el concierto desde afuera. Con guitarra acústica en mano, los White interpretaron y dedicaron “We’re Going to Be Friends” a todos los que se habían quedado sin boleto.
  • Después de la canción, Jack y Meg corrieron de regreso al escenario y les siguieron muchos de los fans que no habían podido entrar originalmente, muchos invadieron el teatro y con el recinto casi a reventar la banda interpretó una poderosa versión de “Seven Nation Army”.

Un concierto único, perfecto, que nunca será olvidado por los que asistieron o la propia banda y uno que afortunadamente podemos ver (casi) completo a continuación: