Desde su nombre, el nuevo disco de Washed Out es el punto más alto que hasta el momento ha alcanzado Ernest Greene (La palabra Paracosm se usa para describir un mundo imaginario muy detallado). Aunque con su disco debut nos dejó escuchar su dream pop lleno de elementos sonoros y atmósferas que recrean escenarios naturales, con Paracosm lo hace majestuosamente. Bajo el concepto de mundos imaginarios y fantasiosos donde conviven humanos, animales y creaciones misteriosas, el segundo disco de este músico estadounidense deja atrás lo que alguna vez fue con sus primeros EP’s y con su colaboración en el soundtrack de Portlandia. Estamos frente a un artista con el sencillo objetivo de hacer música melancólica y mostrarnos la satisfacción de disfrutar los pequeños placeres de la vida.

Podríamos adentrarnos en el mundo del chillwave y el lo-fi para encontrar las particularidades de este nuevo trabajo, pero lo que lo hace sobresalir es la combinación de alguien como Ben H. Allen bajo la producción (productor detrás de discos de Delphic y Animal Collective) y Ernest Greene como un compositor y escritor que logra pulir y acentuar sus fortalezas a lo largo de nueve canciones. Al escuchar Paracosm se nota la comodidad y satisfacción de su creador que, aunque abandonó un poco (sólo un poco) la dulzura de sus anteriores trabajos, utilizó más de 50 instrumentos para crear melodías abrazadoras y pasajes exquisitos que se perciben fácilmente.

Quizá el hecho de que Ernest haya construido un estudio especialmente para la grabación de este disco, es lo que lo hace sonar especial y mágico. “Entrance”, la introducción a su trabajo, pasa de ser una atmósfera suave con sonidos de aves, a lo que parece una entrada de alguna película de Walt Disney. Esos sonidos electrónicos y los sintetizadores con los que se acompañan, ayudan a complementar la voz y las letras con las que Greene busca adentrarnos en distintos mundos. Con su sencillo “It All Feels Right” lo dice todo: “Music’s playing so loud, it all feels right”, es la manera en que nos prepara y nos lleva a nuestro sillón favorito para escucharlo.

En canciones como “Don’t Give Up”, se notan las percusiones digitales, los sintetizadores y los sampleos que lo han caracterizado desde su debut, pero también es la forma en que escuchamos un Washed Out más completo y con una instrumentación al máximo. “Weightless”, por ejemplo, es uno de esos momentos en que baja el ritmo del disco y lo lleva a un nivel casi levitatorio, el cual convive con momentos sutilmente psicodélicos que aparecen en canciones como “Great Escape” y ”Paracosm”, la que le da nombre al disco. Aunque la mano de Ben H. Allen que utilizó en el sonido de Animal Collective es notoria en cortes como “Falling Back”, no es algo que domine las composiciones. Por el contrario, tal parece que la ventaja de trabajar con él por segunda vez, llevaron a Washed Out a evolucionar en un proyecto mucho más maduro y mejor acomodado.