El pop está recobrando su poderío. El furor adolescente de las boy bands está de vuelta, divas como Beyoncé tienen al mundo a sus pies, pero el mundo de los solistas aún busca candidatos al trono. La carrera la encabeza Justin Timberlake, pero en el camino hacia la elegancia y el estilo de vida de “Suit & Tie”, perdió el filo que hizo gigante su FutureSex/LoveSounds. Robin Thicke llega para tratar de asegurar un lugar en este universo. En Blurred Lines trata de convertirse en el ladies man que todos quieren imitar, el hombre con el que todas desean estar, de llenar el hueco bajo los reflectores de la música que mueve al mundo.

Nadie es profeta en su tierra, aunque ha gozado un éxito moderado en Europa y Oceanía, Thicke ha tenido una lucha difícil para conquistar América. Aunque sus colaboraciones con Pharrell y Lil Wayne le han abierto el paso hacia otros públicos, nunca ha sido el ícono que podría. En 2013 encontró la fórmula de oro, un sencillo pegajoso, la fama en crecimiento de su amigo Pharrell, la credibilidad de T.I. y los senos desnudos de Emily Ratajkowski en “Blurred Lines”. Un sencillo tan exitoso que el disco tuvo que tomar su nombre.

Aunque ya logró uno de los sencillos más exitosos del año, en la obra completa Thicke pierde el rumbo. En Blurred Lines no queda claro si quiere subirse a la tendencia del EDM o ayudar al renacer de la música de los 70 y 80 como Daft Punk. No puedes ser el rey del rave y el dandi de los escenarios al mismo tiempo.

Además de “Blurred Lines”, destaca “Give It 2 U” una colaboración con Kendrick Lamar. Un acierto de Robin para ganar credibilidad, ponerse a la par del ahijado de Dre y uno de los raperos más prometedores para los próximos años. Mientras Timberlake se unió con el gigante consolidado Jay-Z, Robin Thicke apostó por el futuro. Aunque la canción ahonda en lo grande que tiene o no el pene el cantante sin medio gramo de elegancia, en una escucha superficial funciona como sencillo.

Robin Thicke tiene todos los elementos necesarios para transformarse en una superestrella, pero aún no tiene claro el camino. Blurred Lines tiene muy buenos sencillos, pero como álbum se cae. Mientras otros como Justin Timberlake han entendido cómo hacer del pop un fenómeno más grande, de cómo crear una imagen uniforme en todo lo que hacen, Thicke no sabe si quiere ser un romántico baladista, el rey de la fiesta o algo más. Al terminar este año, lo recordaremos por el video de “Blurred Lines” y probablemente nada más.