Kanye West no está loco. Kanye West es un genio. Kanye West es lo que la sociedad lo ha orillado a ser. Kanye West no quiere ser lo que todos quieren que sea, pero de cualquier forma lo es. Es mucho más que un rapero, es un verdadero artista. Sus miedos más grandes son volverse un incomprendido o peor aún, un mediocre vanagloriado por las masas. Después de que el mundo entero lo premiara por hacer uno de los discos más egocéntricos de nuestros tiempos, regresa para crear un nuevo universo, una realidad donde él es un Mesías de la música, un producto milagroso, el símbolo viviente de todo lo que está mal con el mundo capitalista, es Yeezus.

Kanye es uno de los hombres más ambiciosos del planeta, pero a pesar de lo que muchos creerían no se alimenta por su ego, sino por necesidad. Cuando arrancaba como productor, nadie lo dejaba rapear, nadie creía en él, aún tras escuchar “Jesus Walks” muchos se negaron a firmarlo. El simple hecho de haber lanzado su mixtape Get Well Soon… significó alcanzar una meta, pero ningún triunfo ha sido suficiente para Kanye. Por eso, que Pitchfork le ha haya otorgado un 10 perfecto a su My Beautiful Dark Twisted Fantasy ha sido lo peor que le ha pasado a su carrera, se volvió su cruz.  ¿Cómo superar ese maldito número? El medio especializado en música más importante del mundo declaró que Kanye había alcanzado la perfección, no hay mucho que hacer después de eso. Pero Kanye se enfocó en demostrar que su talento va mucho más allá.

Primero fue Watch the Throne, el disco con el que Jay-Z por fin le permitió ascender al mismo escalón. Después Cruel Summer, la primera muestra real del talento que ha apadrinado o revivido a través de su sello G.O.O.D. Music. En medio, un berrinche en Twitter donde anunció que haría una empresa llamada DONDA (como su madre), una especie de despacho artístico que revolucionará al mundo y por lo pronto solo ha logrado la portada del I Am Not a Human Being II de Lil Wayne; el mejor rapero del mundo según West. Después de todo esto, Yeezy por fin sintió la necesidad y la confianza de probarse en solitario una vez más, de mostrar que ese 10 fue una ofensa porque él aún tiene mucho que dar.

Yeezus es un manifiesto ideológico y musical de lo que viene para Kanye. Rick Rubin le ayudó a crear el sonido del disco. Oscuro, esquizofrénico, con pocos elementos logran un sonido imponente, un cambio drástico de los arreglos barrocos de su álbum anterior. Ideológicamente, logra poner en un pedestal los valores decadentes de Norteamérica para mostrarle al mundo entero las entrañas de una sociedad vacía. A diferencia de otras producciones, aquí el único protagonista es West, aunque el disco tiene canciones producidas por Daft Punk, los reyes de toda la atención en 2013, sus nombres podrían desaparecer de los créditos y sería igual de impactante.

El eje para entender todo el disco es “New Slaves”, la primera canción que West mostró de todo el álbum. Primero, Yeezy habla de su legado, hijo de activistas que lucharon en el movimiento por los derechos civiles. La lucha de sus padres y muchos más le ha permitido ascender al máximo, a convertirse en un ícono pop, pero para él, eso también ha provocado una nueva forma de racismo, un nuevo intento de esclavitud. Cuando E.E. U.U. parece haber superado los problemas de racismo, Kanye apunta que los estigmas siguen vivos, antes lo veían como un ladrón por ser negro y ahora creen que es un negro idiota que comprará todo lo que brille porque los afroamericanos no deberían ser millonarios.

Acto seguido, Kanye da un paso hacia la realidad de la mayoría y deja atrás sus problemas personales. En “Handle My Liquor” presenta a Chief Keef como un símbolo de la realidad de la ciudad natal de ambos, Chicago. Más allá del talento demostrado, Keef es otra víctima de la sociedad. Aparece en el disco por su corta edad y largo historial de crímenes, un anti-héroe de la ola de violencia y asesinatos que azota a la Windy City; si hicieran una película de los hechos él podría ser el protagonista. Aquí es donde Kanye se desmarca como artista. Ningún otro artista con el alcance de West se detiene a hablar de este tipo de problemas, no lo ven necesario, no lo ven productivo o peor aún, el sistema no se los permite. Yeezus es el álbum más político en la carrera de Kanye, su ciclo va a la inversa que el de otros exponentes del género.

Las declaraciones políticas de Yeezus siguen en “Blood On The Leaves”, una majestuosa yuxtaposición de “Strange Fruit”, clásico de Billie Holiday en voz de Nina Simone, con “R U Ready” de TNGHT. “Strange Fruit” es una de las canciones de protesta más poderosas en la historia de E.E. U.U., haciendo referencia directa a los linchamientos de esclavos afroamericanos, crea una imagen poderosa sobre el pasado más oscuro del primer mundo. Kanye continúa sus metáforas de esclavitud compartiendo una historia de desamor en la que expone la obsesión de la sociedad por el dinero y otros bienes materiales.

“I’m In It” es otra de las destacadas del álbum. Además de ser una muestra clara de por qué Kanye ha colaborado siete veces con Justin Vernon (Bon Iver), es una de las miradas más íntimas a la realidad que vive ahora. Sabe que su vida será muy diferente ahora que es padre de una hija con Kim Kardashian, pero aún no puede salir de ese momento en su vida donde lo único que quería era ser pareja una estrella porno… sueño que cumplió e irónicamente, lo llevó a la vida de hombre de familia.

Y todo parece indicar que el mensaje de Yeezus viaja bien y rápido, tanto que Martin Scorsese (o algún hipster en su equipo) acaba de sincronizar el trailer para The Wolf of Wall Street a “Black Skinhead”; Leonardo DiCaprio aventando billetes desde la cima de un yate, la imagen habla por sí misma.

Kanye logró reinventarse con la esperanza de algún día superar su pasado en todo sentido. Por lo pronto ha comprado tiempo, Yeezus tendrá a sus devotos alabándolo durante mucho tiempo y a sus detractores extendiendo sus críticas burdas sobre su ego. Kanye West ahora puede descubrirse como padre, como hombre de familia, encontrar un nuevo sentido a su vida y crear desde ese papel. Yeezus es el disco con un mensaje más impactante en la carrera de Kanye West, aunque no tendrá la trascendencia obvia de sus momentos más pop, su legado puede ser aún más poderoso.