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En cualquier lugar del mundo existen escenas underground, bandas, fiestas, culturas alternativas que dan forma al estilo de vida de ciudades enteras. En cuanto a la música, no importa el género, sino el propósito, si existe una cultura underground es porque algo hace falta en la superficie. A lo largo de su carrera, Diplo ha sabido explotar los enormes huecos en la cultura pop, atascándolos con ritmos selectos de las mejores fiestas de barrio; el sonido de la calle reimaginado como himno internacional.

Aunque ahora Diplo es una estrella, sus proyectos congreguen masas frente a los escenarios, el camino para lograrlo ha sido exhaustivo. Tras una etapa obligada como DJ en fiestas, surgió su primer proyecto en forma, Hooked on Hollertronix. Con este proyecto, lanzó varios EPs en los que daba los primeros pasos para encontrar su vocación como productor. Éxitos pop y hip-hop emergente juntos en mashups para la pista de baile, una fórmula sencilla, pero efectiva.

Cuando llegó el momento de publicar su primer álbum como solista, Diplo ya era un nombre reconocido, al menos por la crítica especializada. Florida fue publicado bajo Big Dada, filial de la prestigiosa Ninja Tune y musicalmente es mucho más parecido a alguna creación de Bonobo o Pantha du Prince que al escandaloso dubstep o moombahton con el que enciende fiestas por todo el mundo.

Lo mejor que le ha pasado en la vida a Diplo es M.I.A. Aunque su relación, tanto íntima, como laboral, haya terminado en insultos y desastre, el tiempo que vivieron como equipo fueron trascendentales para la historia de la música. En ella, Diplo encontró a la estrella pop que serviría de escaparate a su música y en él, M.I.A. tuvo a un genio comprometido en innovar para ella. Piracy Funds Terrorism Volume 1 fue el primer aviso, la muestra de que una invasión estaba por empezar. “Paper Planes” fue la culminación de su trabajo juntos, no sólo crearon uno de los himnos de la década pasada, sino que con apoyos como Slumdog Millionaire, por fin glorificaron a todos los guetos, favelas y demás barrios del mundo con un éxito pop. El baile de moda era alzar las manos en el aire y disparar con los dedos, sin importar si estabas en un elegante rascacielos o un tugurio de mala muerte.

Al terminar sus nexos con M.I.A., Diplo no se quedó solo, sino que aprovechó para hacer más fuerte su vínculo con Switch (otro de los productores que trabajó con M.I.A.). Así nació Major Lazer, una fachada para hacer dancehall desde Jamaica, para después hacerlo detonar en todo el mundo gracias a una larga lista de colaboradores. Los discos de Major Lazer son malos, pero están plagados de buenos sencillos. Son tantas las vertientes musicales que Diplo explora en cada álbum, que carecen un hilo conductor; si los llamara mixtapes serían aún más grandes. Aunque Switch ya no forma parte de Major Lazer, Diplo ha sabido mantener y hacer más grande la música del proyecto. Su versatilidad es tal que lo mismo puede encajar a Ezra Koenig de Vampire Weekend, que a Bruno Mars, en un sus canciones.

Diplo tiene dominado el arte de hacer éxitos pop. Conoce las fórmulas, los artistas, es parte de la genética de su música. Antes se encargaba de remezclar sus canciones, producir a grandes nombres para hacer que se escuchen como algo nuevo y original. Ahora él impone condiciones, su sello Mad Decent es más que un blog en Internet, es de culto y al mismo tiempo de extrema relevancia gracias a logros como el de Baauer con “Harlem Shake”. Es Diplo quien vende discos, aparece en portadas de revista, espectaculares, cabezas de cartel en festivales. Y aún así, se mantiene firme en su técnica y convicciones, sigue buscando talento que pueda catapultar a la fama internacional.

Además es uno de los artistas más prolíficos de nuestros tiempos, entre remixes, sus proyectos y colaboraciones suma una cantidad ridícula de lanzamientos con su firma cada año. Es locutor de un show semanal en la BBC y aún así se mantiene como uno de los actos con giras más extensas del año.

Diplo se presentará el viernes 7 de junio en el Foro Reforma y el 8 de junio en el festival Loud Blue en Guadalajara como Major Lazer y en solitario.