Por: @LGKING

La música siempre ha sido una parte muy importante dentro de la filmografía del cineasta Baz Lurhmann. Basta con recordar los soundtracks de Moulin Rogue! o Romeo + Julieta para darnos cuenta de lo que le gusta a Lurhmann. En la primera hicieron un musical repleto de éxitos de la cultura pop que iban desde Kiss hasta Nirvana, mientras que la historia de los amantes atormentados era contada con éxitos noventeros. El patrón es obvio y brillante, utilizar música contemporánea para actualizar una historia clásica. En el soundtrack de The Great Gatsby se trata de hacer lo mismo pero los resultados terminan siendo decepcionantes.

El productor del soundtrack, Jay-Z, es el encargado de abrir el disco con “$100 Bill” una canción que cuenta con un par de sampleos de la película que hacen que parezca un dueto entre Leonardo DiCaprio y Jay-z. Hay un razón detrás de ese sampleo, de cierta forma Jay-Z parece haberlo incluido para de cierta forma compara a Gatsby con él mismo. La realidad es que la canción es de las cosas más aburridas que le hemos escuchado a Jay-Z y aunque fue creada con una idea ambiciosa el resultado es bastante decepcionante. Le sigue la versión de “Back to Black” (original de Amy Winehouse) de Beyoncé y André 3000 y dan ganas de cambiar de disco. Una versión completamente parca que le quita todo el trágico brillo que alguna vez le metió Winehouse.

La idea detrás del soundtrack era combinar música actual con el jazz de la época de Gatsby. Las siguientes canciones logran ese cometido gloriosamente tanto “Bang Bang” a cargo de will.i.am y “A Little Party Never Killed Nobody (All We Got)” de Fergie con Q-Tip. La segunda bien pudo haber sido un éxito en los noventa y ahorita podría volver a serlo, tiene todo para triunfar en las pistas de baile.

De pronto el sonido del soundtrack cambia drásticamente y aparece Lana Del Rey para entregar una de las mejores canciones de su corta carrera. “Young & Beautiful” es una trágica balada que mezcla gloria con decadencia, como una actriz de Hollywood que ha perdido el brillo de sus años dorados. Honestamente, Lana Del Rey debió de haber hecho todo el soundtrack, su voz es perfecta para el álbum. Le sigue Bryan Ferry Orchestra, un proyecto alterno de Bryan Ferry en el que reinterpreta sus éxitos con Roxy Music en versión big band. Funciona, queda claro que el camino que debieron seguir era el de utilizar nuevos actos para emular los sonidos de esa era, no mezclar sin control. El concepto de la trágica balada se repite con “Over the Love” de Florence + The Machine, una de las canciones más dramáticas de su carrera, casi perteneciente a un musical.

“Where The Wind Blows” de Coco O. (la vocalista de Quadron) es probablemente la canción de más bajo perfil en todo el soundtrack pero en definitiva es una grata sorpresa. Combina esos elementos de jazz pero a la vez le agrega nuevos elementos electrónicos al estilo que marca una gran diferencia. Emeli Sandé en compañía de la Bryan Ferry Orchestra entregan la mejor canción del soundtrack, una nueva versión de “Crazy In Love” que nos regresa al pasado, a la era dorada del jazz.

El final del disco tiene grandes momentos como la espectacular “Into the Past” de Nero y el cover a U2 que hace Jack White, que seguramente aparece en el clímax de la película. Desafortunadamente también tiene momentos débiles como la canción de The xx que no suena coherente en el disco por ser de un estilo completamente diferente. Las baladas de Gotye y Sia no funcionan tan bien como las otras del disco.

Como suele pasar con este tipo de discos hay un poco de todo, cosas increíbles y otras poco memorables. La gran variedad de canciones hace imposible encontrar coherencia en el álbum, en momentos suena como un brillante tributo de la era de jazz, pero en otras ocasiones parece un ejercicio forzado. Un sube y baja extremo y sin sentido. Pasará a la historia como otro interesante experimento de Baz Lurhmann y una que otra canción seguramente se convertirá en parte importante de la discografía de sus intérpretes, pero no será recordado como el mejor soundtrack de todos los tiempos. Aunque claro, todo podría cambiar al escuchar las canciones en compañía de los impactantes visuales de Lurhmann.