Desde su bautizo, el post dubstep se distingue como un género de alto calibre. Le conocemos exquisitos actos como Burial, SBTRKT, Machinedrum, Jamie xx, el mismo James Blake y el joven dúo inglés Mount Kimbie. Estos últimos forman parte de una escuela que, hasta nuestros días, adquiere más fuerza gracias a su importante legado. Después de su álbum debut, la dupla formada por Dominic Maker y Kai Campos dan un paso arriesgado pero cauteloso con Cold Spring Fault Less Youth, su primera entrega para la Warp Records.

Lo primero que sorprende de su segunda producción discográfica es la inclusión de melodías vocales en casi todas sus canciones. Y no sólo esto, además, Mount Kimbie crean los sonidos de este álbum con instrumentos reales; dejan a un lado las máquinas y se nota más que pueden sentir la música. Es una obra notablemente honesta, más que la pasada, aún cuando su debut es estéticamente impecable. Este paso lo tenían que dar para glorificar el género y realizarse como un proyecto totalmente auténtico, no pasajero.

Cold Spring Fault Less Youth incluye bases rítmicas coloridas. Con este álbm, Mount Kimbie abandonan parte de su lado introspectivo y místico. En ocasiones suenan a una banda completa; como un ensamble de bajo, batería, voz y sintetizadores, todos en armonía y en perfecta sincronía, dueños de un terreno fresco y fértil. Es un lugar que merece recibir invitados y se trata de King Krule, quien participa en las canciones “You Took Your Time” y “Meter, Pale, Tone”. En la primera, es difícil comprender su papel en el disco, pero al hilar todas las canciones hasta su segunda intervención, se puede saborear una esencia sofisticada, un poco a la Massive Attack con Horace Andy. Ambas canciones son totalmente un acierto para el disco.

Entre los movimientos arriesgados y el color ténue del post dubstepCold Spring Fault Less Youth tiene un ritmo constante; sostiene las emociones con cada canción y reparte equilibradamente sus mejores cartas: “Home Recording”, “Made to Stray” y “Sullen Ground” son las que portan el estandarte de intriga, mientras que “Break Well, “Blood and Form” y “Slow” se encargan de dar luz (y un poco de alegoría) al camino.

Mount Kimbie tomaron un buen camino en la música electrónica -de vanguardia- para su segundo álbum. A tres años de su debut, este dúo muestra enormes capacidades musicales y logra un disco totalmente fresco que los aleja completamente del estancamiento. En su propio recorrido, aún deben explorar las posibilidades de un mundo sin instrumentos banales.