Human After Alll

“Nosotros no decidimos convertirnos en robots. Hubo un accidente en nuestro estudio. Trabajábamos en nuestro sampler y exactamente a las 9:09 a.m. del 9 de septiembre de 1999 explotó. Cuando recuperamos el conocimiento descubrimos que nos habíamos transformado en robots.” – Daft Punk.

Daft Punk lo tiene perfectamente claro, hay un antes y un después de los robots. Aunque el dúo vivía como robot durante la era de su Discovery, no lo aprovechaban al máximo, era una manifestación comprensible y fácil de relacionar a la música electrónica, pero aún no era tan poderosa.  Para su tercer LP, Daft Punk se concentró en crear un concepto mucho más poderoso, dejaron atrás el descubrimiento musical para hablar del estado del mundo, un esfuerzo incomprendido llamado Human After All.

Human After All es la pieza musical más floja en la carrera de Daft Punk y en gran parte se trata de un problema de percepción. Al momento de producirlo, seguramente no imaginaban que pocos meses atrás había surgido una página llamada Facebook que cambiaría por completo los hábitos de los seres humanos. Al momento de lanzarlo, no tenían manera de saber que pocos días después llegaría otra página llamada YouTube, que más tarde se volvería uno de sus canales de expresión favoritos. El gran problema de Human After All es que habla de una tecnocracia que en aquel entonces ni siquiera empezaba a imponerse. Su discurso está centrado en el miedo a lo desconocido, aunque era evidente que la tecnología estaba transformando a las personas radicalmente, aún estaba lejos de mostrar el poderío bajo el que vivimos.

¿Robots tecnofóbicos? Sí, pero no estaban temerosos de nuevos aparatos, páginas u otras innovaciones, sino del poder de la tecnología ligada a los medios para capturar la atención de la humanidad. Entonces era difícil imaginar que cada uno de nosotros tendría la capacidad para volvernos productores multimedia, parecía que la distopía de Orwell en 1984 se volvería realidad y a una escala mayor de la que se hubiera imaginado.

La gran crítica a Human After All es que es un álbum repetitivo, donde no hay sonidos realmente emocionantes o transiciones de energía; pocos lo vieron como una analogía de lo que sucede con los medios. Mensajes idénticos repetidos una y otra vez hasta que se convierten en verdades absolutas. No era una búsqueda minimalista como la de Jack y Meg White con The White Stripes, no era un regreso a lo básico, era una protesta.

Aún con lo poco emocionante de la fórmula, lograron dos hits innegables: “Robot Rock” y “Technologic”. Por más que los críticos trataron de derrocarlos, lograron mantenerse como el acto de música electrónica más emocionante del planeta. Aprovecharon los sencillos del disco para volverse directores de videos. Su trabajo para “Technologic” es un gran resumen de sus intenciones. Un suerte de bebé robot a medio formar da órdenes para esclavizar a la humanidad con comandos tecnológicos, mientras Daft Punk tocan el bajo, marcando el ritmo a los esclavos. En algunos fragmentos del video se ve cómo el dúo toma las manos del mini dictador robótico, se vuelven los soldados que llevarían esta invasión al mundo. Human After All era el inicio de algo mucho más grande, no solo en la música, sino de una revolución mundial.

En 2006, llegó otra pieza para entender Human After All, el primer largometraje dirigido por el dúo, una obra llamada Electroma. Detrás de las cámaras, decidieron mostrar un mundo paralelo en el que todos son robots. Niños, carteros, oficinistas… todos con un casco de robot idénticos a los de Daft Punk. Su misión era escapar de ese universo, transformarse en humanos, distanciarse de los demás, pero fracasaron. [Spoiler Alert] La frustración lleva a uno de los héroes a detonar un mecanismo de autodestrucción y el otro termina mutilándose e inmolándose en el desierto. Daft Punk trataba de escapar, hasta entonces, sin éxito.

Aún cuando la crítica se encargó de destrozar Human After All, Daft Punk supo cómo construirle un legado, hacer que todo lo que ellos querían comunicar con el álbum por fin quedara claro ante el mundo. En la edición 2006 del festival Coachella, “Guy-Man” y Bangalter revolucionaron al mundo con una de las presentaciones en vivo más impactantes de nuestros tiempos. En un texto para SPIN, Daniel Kreps lo define a la perfección:

“La generación millenial recuerda el tour de Daft Punk en 2007 en la misma manera en la que los baby boomers hablan de Woodstock”.

Con su pirámide, los franceses lograron sorprender a una generación que creía haber visto todo a través de Internet y dejaron la base para el futuro de todas las vertientes de música electrónica en vivo. Sólo con esa majestuosa máquina el mundo logró encontrarle una lógica a las canciones de Human After All; música para someter a las masas. Aunque el disco vivirá como el momento más flojo de Daft Punk, fue un trabajo necesario para que cambiaran el mundo como lo conocemos, una vez más.