De una forma u otra Primal Scream siempre ha sido el patito feo del rock británico. Se les ha acusado de falsos, de ser una mala copia de los Rolling Stones y de ser uno de los grupos más inestables e inconsistentes del rock. Tal vez en momentos han sido todas las cosas anteriores pero a poco más de treinta años de carrera es imposible negar su impacto en la industria musical. Basta con ver sus dos discos más reconocidos para darse cuenta, tanto el innovador Screamadelica como el agresivo XTRMNTR.

Sin embargo en los años más recientes parecen haber perdido un poco el camino, sus últimos dos discos no fueron los más brillantes de su carrera y a diez años del XTRMNTR parecía que la banda iba directo a convertirse en una acto de nostalgia. No es de extrañarse que en medio de esa crisis decidieran salir de gira para interpretar en Screamadelica noche tras noche, algo que probablemente sirvió como un proceso de depuración, algo que les permitió abrir los ojos nuevamente y recuperar su camino.

Aquí es donde entra More Light, el décimo álbum de Primal Scream y su mejor trabajo desde XTRMNTR. El disco abre con “2013”, una épica de nueve minutos que entre texturas psicodélicas hace un aterrador retrato de Inglaterra y e mundo en el 2013. Injusticias, problemas sociales, conflictos políticos y hasta culturales. No es de extrañarse que la hayan elegido para abrir el disco, es la declaración de Primal Scream ante el 2013, una que es desesperanzadora y frustrante.

A lo largo del disco pintan una panorama completamente desolador y resalta en “Culturecide”, uno de los mejores momento del álbum en el que la banda usa la frase “like a refugee in your own country” como grito de guerra para iniciar una nueva revolución. Mientras que “Tenement Kid” parece un himno para todos aquellos que se han perdido en una sociedad implacable y extremadamente difícil, una que juzga y no perdona. Conforme avanza el disco nos damos cuenta del verdadero punto de More Light. Primal Scream presenta el panorama del 2013 pero lo hace desde dos extremos. Por un lado criticando a la alta sociedad y gobierno que abusa de los que están “abajo” y por otro lado celebrando a todos los inadaptados tal y como lo mencionan en “Invisible City”.

Musicalmente hablando, la banda tenía rato de no darse tanta libertad para experimentar. En “Goodbye Johnny” entregan una balda casi de cabaret que recuerda más a Nick Cave que a cualquier otra cosa que hayan hecho antes. “River of Pain” es un tratado sobre el dolor de siete minutos envuelto en elementos de jazz y psciodelia. “Elimination Blues” podría ser un nuevo clásico del blues que resalta por la contribución de los alaridos y gemidos del legendario Robert Plant. “Turn Each Other Inside Out” es un descendiente directo de XTMNTR, mientras que “Relativity” es otro clavado al mundo de la psicodelia de parte de la banda, área que siempre les ha funcionado bien.

El disco está repleto de desesperación, frustración, enojo y la vibra de una Apocalipsis inminente, algo que podría deprimir hasta el más fuerte. Afortunadamente la banda no deja que nos vayamos derrotados. La última canción “It’s Alright, It’s Ok”, que parece extraída directamente de las sesiones de Screamdelica (de hecho es muy parecida a “Movin’ On Up” de dicho disco), nos da un respiro de un disco capaz de derrotarnos y dejarnos en el piso. Es un mensaje positivo, la idea de que a pesar de todo lo malo que nos rodea siempre nos queda la oportunidad de ver al futuro y esperar que algo mejore. “It’s alright, it’s ok” exclama Primal Scream para tranquilizarnos, para decirnos que hay otra forma y que sin importar lo mal que se vean las cosas, hay algo que nada ni nadie podrá quitarnos, la esperanza.