Texto y fotos: Ariadna Montañez

Aún recuerdo cuando se dio a conocer el cartel del Orion Music & More, muchas personas quedaron desencantadas ante la la selección de bandas que participarían en el primer festival de Metallica. Como que de pronto todo mundo sintió la necesidad de ver un lineup al estilo Ozzfest o algo así… sí era lógico caer en esos pensamientos, pero ¿que no un festival se trata de tener diversidad?

Al menos Metallica jamás lo vendió como una caravana dedicada al rock tieso; por más que la banda californiana lleve un estandarte como miembro activo en la historia del thrash, muchos cometieron el error de ligar por completo al Orion Fest con el mundo del metal enteramente.

El hecho es que conseguí mis entradas.

La idea de llegar a un Orion Fest era simplemente por experimentar la fiesta privada de Metallica por primera vez.

El Orion Music & More se llevó a cabo el 23 y 24 de Junio en Atlantic City, Nueva Jersey. El entorno de la ciudad era muy de casinos y outlets, pero con un ambiente familiar y un clima amable para ser verano.

Ambos días de festival me aventé el tour de Nueva York a Atlantic City, que en camión eran aproximadamente 2hrs de ida y 3hrs de regreso. Quizás el rentar un cuarto por ahí hubiera salido mejor, pero mi hospedaje gratuito estaba en NY así que, para qué gastar más (no me digan coda).

El primer día del festival llegué tarde (para variar), no calculé bien el tiempo de trayecto y por enésima vez me perdí a Baroness. A The Sword ya los había cachado en Bonnaroo y en el D.F., pero de no haber tardado, me hubiera gustado verlos de nuevo en el Orion.

Lucero es probablemente una de las bandas con el peor nombre en la historia, pues en lo que menos quieres pensar al leer su nombre en el mapita del festival, es en la esposa del que salió del baño de mujeres… no Peña, Mijares. Pero si se quitan el prejuicio del nombre y escuchan a Lucero, descubrirán a una banda que va muy de la mano del sonido de Bruce Springsteen, Neil Young y hasta Johnny Cash.

Terminando Lucero, me perfilé al escenario Fuel para ver a los canadienses de Fucked Up… así es, cada uno de los escenarios hacían alusión a Metallica OBVIAMENTE.
El escenario principal era Orion, el segundo más grandecito era Fuel, los otros de tamaño medianón eran Damage Inc. y Frantic.

Jamás había visto a Fucked Up. Ya había estado en un Coachella donde tocaron por primera vez, pero al mismo tiempo estaban los del Gaslight Anthem, así que eché un volado y los de Jersey ganaron el 2 de 3. Pero esta vez era la definitiva para ver a Damian Abraham con toda su banda. El año pasado Fucked Up publicó uno de mis discos favoritos del año, David Comes to LIfe, así que era mi deber verlos y experimentar la calidad de punk rock que hacen en directo. Abraham es tan pasional, que prefiere estar en el slam con sus fans abajo del escenario. Me recordó a Frank Carter de los Gallows. Fue un gran show sin duda.

Después de ellos me perfilé a ver al Gaslight Anthem, pues ver el show de una banda local siempre es emotivo. Suicidal Tendencies fue una de mis selecciones preferidas del Orion. Pasaron 12 años para que la banda saliera de una gran pausa, grabaran disco y tocaran de nuevo en vivo. Créanme, ver a Mike Muir en el escenario con su banda leyenda de hardcore punk, reuniendo a Roberto Trujillo por media hora para todos esos fans rucos, fue la pinche onda.

En punto de las 8pm Lars salió a presentar a una de sus bandas favoritas, los Arctic Monkeys. Va a sonar medio a cuento, pero se encargaron de dar el set más brutal de su historia. Era obvio que no iban a tocar un 505 cuando tenían a medio festival dándose de golpes durante todo el set. El slam nunca paró hasta que los Monkeys terminaron su participación en el Orion.

Finalmente a las 9pm llegó el momento de los anfitriones del Orion Music & More para treparse al escenario principal. Fue la noche de Metallica y el Ride the Lightning com-ple-ti-to.
Ambas noches, la canción que se encargó de anunciar que ya era tiempo de escuchar y ver a los grandes, era It’s a Long Way to the Top de AC/DC, clásico que nunca falla en un evento masivo para prender a la gente.

Si creían que el Ride the Lightning había sido presentado en orden se equivocaron, pues no hubo orden, pero sí tocaron todas y cada una de las canciones que representaron una gran época de Metallica en la que no solo re-afirmaban su estatus como banda predominante de la nueva era del thrash, sino que al mismo tiempo lograban romper con la barrera del género y las canciones suaves. Como ejemplo, Fade to Black, punto.

Parece curioso, pero varios creemos que la idea de las ocho fechas temáticas en la Ciudad de México, nació a raíz de planear una noche con el Ride de Lightning y otra con el Black Album, pero ya nos enteraremos de eso cuando visiten el D.F.

Por lo pronto puedo decirles que, escucuchar rolotas como The Call of Ktulu en vivo, Fade to Black y Escape (aunque sea una de las feítas), es una experiencia que no se compara con algo que haya vivido antes con Metallica. Suficientes veces los he visto, como para decir que esa noche fue una de las más grandes que he experimentado con la banda en vivo.

El Setlist:

It’s a Long Way to the Top (If You Wanna Rock ‘n’ Roll)
The Ecstasy of Gold
Hit the Lights
Master of Puppets
The Four Horsemen
Sad But True
Hell and Back
Ride The Lightning

The Call of Ktulu
Creeping Death
Escape
Trapped Under Ice
Fade to Black
For Whom the Bell Tolls
Ride the Lightning
Fight Fire With Fire
Nothing Else Matters
Enter Sandman

Encore:

Battery
One
Seek & Destroy