Cuervos es el nombre del nuevo disco de Furland, una banda que nos ha acompañado por años y musicalizado varias de nuestras pubertades; con los desamores, amores y demás incidentes vergonzosos/memorables que conlleva crecer. Es por esto, y en honor a la presentación GRATUITA de este disco (mañana a las 6 de la tarde en la Casa del Lago), que le pedimos a cada miembro de Furland, (y dos de sus amigos) que nos contaran 6 historias: graciosas, importantes o curiosas de toda su trayectoria. A continuación te las compartimos, y ya puedes escuchar Cuervos aquí. Además, aquí puedes descargar gratis la canción “Fugaz”. Apúrate a descargarla, pues sólo estará disponible este fin de semana para celebrar el disco.

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La de Sergio:

En 2006 fuimos a tocar a Pachuca y era la primera vez que salíamos a tocar fuera de la Ciudad de México, mi papá nos prestó una camioneta para poder irnos con todas nuestras cosas, entre ellas la Bola de Pasto que en ese entonces era nuestro emblema y estaba siempre presente en el escenario. Llegamos al lugar para hacer prueba de sonido, bajamos las cosas indispensables y en el estacionamiento me pidieron que dejara las llaves pegadas, de pronto nos surgió la duda de si no se pondrían los seguros automáticamente pero aún así lo hicimos.

Cerramos las puertas con la bola de pasto y nuestras chamarras dentro y cuando intentamos sacarlas resultó que efectivamente la camioneta estaba cerrada con las llaves pegadas. Pasamos una noche horrible (nuestra idea originalmente era regresar a la ciudad terminando de tocar), tuvimos que dormir un rato en el camerino y luego el promotor nos dejó dormir en su casa. No fue para nada un concierto memorable pero ese viaje como quiera que sea, fue especial por haber sido el primero juntos.

La de Ricardo:

Cuando conocí a Furland por primera vez fue cuando en Reactor pusieron la canción de “Robot”, en ese entonces Furland todavía no había tocado en vivo ni una sola vez y ni siquiera estaba bien definida la alineación de la banda.

Un día me enteré que uno de mis compañeros de clases en la escuela de música tocaba ahí (Sergio), entonces me acerqué a el y le dije que me gustaba mucho la banda y que me gustaría tocar con ellos, el me respondió que todavía no estaba seguro de la formación que tendría Furland, pero que el baterista (???) y el bajista (Carlos) ya estaban bien definidos y que estaba viendo que onda con un tecladista (Gil).

Entonces yo le respondí que lo que se hace cuando tienes dos personas que quieren tocar en tu banda, es hacer una audición, pero en mi caso eso no era necesario porque yo era mucho mejor que cualquier baterista que ya estuviera tocando con él.

Sergio sólo se me quedó viendo pensando que probablemente acababa de conocer al wey más mamón que jamas haya conocido en su vida, sonrió y me dijo que iba a ver qué onda y luego me decía. Al día siguiente me preguntó que si podíamos ensayar en mi casa, le respondí que sí y con esa afirmación fue como me convertí en el baterista de Furland. Me gustaría ser así de atrevido y arriesgado a la hora de conocer una chava.

La de Jacinto:

En general cuando uno se encuentra grabando un disco y ensayando las canciones para presentarlas en vivo “la bestia” se mantiene dormida. Pero cuando uno sale a tocar es que comienzan todas las aventuras. Si bien en Furland nunca hemos tenido giras muy extensas y tampoco es que aún hayamos salido a muchas partes del mundo, desde los inicios hemos tenido escapadas esporádicas a diferentes lugares donde siempre van sucediendo cosas buenas y malas, pero sobre todo mucha tontera y diversión. Cómo cuando salimos por primera vez del DF para visitar Pachuca y dejamos las llaves dentro del coche, o la primera vez que nos trataron como estrellas en un festival de Huatulco, en cada lugar vamos acumulando historias y anécdotas que con el tiempo se van deformando según la memoria de cada uno de nosotros.

Una de esas anécdotas que me divierte al recordar sucedió cuando visitamos Nueva York para atender la Latin American Music Conference. Sobra decir la emoción con la que íbamos a tocar a un lugar como Nueva York. Nuestro vuelo salió temprano por la mañana así que desde la madrugada estábamos listos en el aeropuerto junto con los integrantes de San Pascualito Rey que viajaban a NY al mismo evento que nosotros. Salimos sin contratiempos del DF rumbo a Dallas donde hicimos escala para tomar camino a nuestro destino final.

Cuándo llegamos a Dallas ya teníamos el tiempo encima para hacer el transborde así que las dos bandas procuramos hacer todo el tramite de migración lo más rápido posible. Todos los demás lograron pasar sin problemas por migración, pero a mi me pidieron inspeccionarme más a detalle. La culpa la tuvo el

teclado que llevaba conmigo y que no pude mandar con las maletas por que no tenía un estuche adecuado de viaje,l o transportaba en una especie de pañalera que como podrán imaginar, mi madre me había hecho para poder llevar mi teclado a las tocadas de Furland. A pesar de que la mujer de migración fue muy amable y hasta se mostró

muy interesada por mi banda y mis instrumentos yo me sentía desesperado por poder salir de ahí y lograr llegar al avión antes de que partiera, así que cuando finalmente me dio luz verde para seguir mi camino yo salí corriendo rumbo a al avión con destino a Nueva York.

Logré llegar y ser el último pasajero en entrar lo que me hizo sentir un alivio, pero al ingresar al avión y buscar mi asiento me di cuenta que ninguno con los que viajaba se encontraba abordo, la angustia volvió a mi. No sabía si estaba en el avión correcto o si terminaría en otro destino. Cómo sea ya no había chance para bajar del avión así que tome mi asiento y me puse a marcar a alguno de mi banda para ver que había pasado.

Lo que resulto fue que todos me habían esperado a que saliera de mi inspección en migración, pero yo al salir tan rápido no me fije en ellos y tampoco me vieron a mi así que el vuelo de 10 personas se tuvo que cambiar por haber esperado a una sola que al final si pudo viajar.

Como yo llegué primero al aeropuerto a mi me tocó bajar todos los instrumentos y maletas de la banda giratoria. Hice toda una edificación con todos los estuches y ahí acostado espere pacientemente a que mis compañeros tomaran el siguiente vuelo para volvernos a juntar y comenzar nuestra primer visita a Nueva York.

La de Carlos:

La imagen de Furland siempre había sido de una banda colorida, luminosa, y comúnmente definida como alegre (entiendo porqué, aunque musicalmente a mí siempre me pareció más bien melancólica). En esta nueva etapa, esa imagen inocente se sentía un poco lejana. Han pasado 8 años y naturalmente llegó el momento de encontrar una nueva forma de proyectarnos. Para encontrar cómo queríamos presentarnos durante este disco que apenas terminábamos de grabar, nos reunimos en mi casa, con un cuaderno y un bolígrafo en la mano (y una cerveza). Empezamos por pensar qué le diríamos a los escuchas y los fans sobre el nuevo disco si pudiéramos sentarnos frente a ellos uno por uno. Al hacer este ejercicio, y de entre una larga lista de palabras, los 4 integrantes coincidimos en 3 aspectos: que es más obscuro que lo anterior, que nos sentimos claramente más maduros (lo que sea que eso signifique para cada uno de nosotros), y que nos asumíamos por primera vez como una banda de rock.

Esas 3 ideas, fueron las premisas sobre las que se construyó esta etapa. Eso y nuestras inevitables referencias a los Beatles. Como es el caso de la portada.

Las de los amigos

Pascual Reyes:

Sin duda este más reciente disco de Furland “Cuervos” refleja una madurez no solo musical sino en lo personal también, las letras son de carne y hueso uno se puede identificar fácilmente con el discurso, es más humano, más directo; además claro está que la producción y arreglos de este disco es impecable, todo está en su lugar . Yo en lo personal los he seguido desde su debut con sus “demos” que llegaron a colarse a la radio, me llamaron mucho la atención desde ese entonces, su sonido, su elegancia, la voz de Sergio, el bajo de Carlos, el ritmo del rica y las teclas de jacinto los hacían un grupo muy particular, con una esencia propia, pero la diferencia ahora es que además tienen algo que contarte con lo cual te vas a identificar aún más.

Belafonte Sensacional:

Siempre fui muy fan de Furland, siempre hicieron la música y cantaron las canciones que a mi me hubiera gustado hacer; en especial, el trabajo de Silva siempre me ha inspirado. Una vez hicimos un acústico para Sofar y él me pidió que lo acompañara con la guitarra en la canción “Primavera en la Guerra del Sonido” y yo lo invité a tocar el banjo en “Como Kerouac on the road”. Esa pequeña colaboración es de las cosas más significativas que me han pasado desde que decidí ser músico. De la vez que cogí con “Historia de la luz” de fondo, luego les platico.