Portada de Le Voyage Dans La Lune de Air

Texto: Ricardo Dávila (@ricksdavila)

Air
Le Voyage Dans La Lune
Astralwerks / EMI, 2012
Calificación: 85/100
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Un viaje intergaláctico es la propuesta con la que Air regresa a través de su nuevo álbum Le Voyage Dans la Lune (Astralwerks/EMI, 2012), el cual representa una perfecta analogía entre la propuesta musical y el tributo a la película Viaje a la Luna de Georges Méliès, pues recrea una atmósfera de minimalistas y psicodélicos detalles que le hacen justicia al título del disco a lo largo de los 11 cortes que contiene.

Compuesto por melodías ligeras y ritmos raquíticos, lo nuevo del dúo francés ofrece un escape al estado de estoicismo en el que la música ambiente se expande dentro de su sexto álbum de estudio, del cual sus tracks forman un hilo conductor entre la rítmica y el acompañamiento narrativo implícito en todo el recorrido.

A pesar de carecer de una lírica plasmada, el sonido instrumental traza la línea desde el primer corte, “Astronomic Club”, en el cual las percusiones batientes predominan y generan la idea del comienzo de una odisea espacial. Este recorrido es preparado a a través de “Seven Stars”, una canción que se sustenta en un juego de acordes tenues que ayudan a sobresaltar la voz serena de Jean-Benoît Dunckel y que la conducen hasta llegar a una catarsis final.

Ya dentro de la órbita espacial y tras el track “Retour Sur Terre” (que hubiera quedado mejor al final), la emotividad llega con “Parade”, canción en la que la cadencia electro house hace gala a través de un acompañamiento de acentuaciones en los sintetizadores y remates de percusión.

Por su parte, “Cosmic Trip” y “Sonic Armada” destellan momentos de intensidad en compases alegres y armoniosos, los cuales manejan un perfil adecuado entre el balance del viaje de exaltación y misticismo, en el que la apreciación de detenimiento vuelve a caer en “Who Am I Now?”, “Decollage” y un pequeñísimo corte de “Homme Lune”.

El final de este nuevo álbum llega con “Lava”, canción con un desenlace lleno de golpeteos en acento de metales que dan la sensación de adentrarse en el espectáculo de algún fenómeno de luminiscencia.

El proyecto en realidad es bueno con apreciación, pero quizá sólo lo podrán disfrutar los “entendidos” y adeptos de la música de Air, pues por el método parsimonioso que contiene, tal vez pocos respetarán la exigencia que requiere.