Por: Cristhian Camacho (@nothingham)

Rondaba el año de 1994, los charts eran dominados por Mariah Carey, Bruce Springsteen y Bryan Adams, noticias tan impactantes como la muerte de Kurt Cobain daban la vuelta al mundo estremeciéndolo, artistas reconocidos mostraban sus nuevos álbumes y artistas nuevos debutaban en la escena musical. Uno de esos grupos fue Weezer que, con su álbum homónimo  (y que después se llamaría el Blue Album), cautivaba a los jóvenes que buscaban algo alternativo pero que distinto, pues la banda liderada por Rivers Cuomo lograba el objetivo al presentar una imagen casi salida de la película La Venganza de los Nerds y canciones que rozaban con experiencias cotidianas de la vida.  Los videos de “Undone (The Sweater Song) y “Buddy Holly” realizados por Spike Jonze ayudaron a que la banda inmediatamente llegara a las cimas de los charts y se posicionara como un artista emergente del que habría que estar al pendiente.

Eso fue en 1994. Pero 16 años y siete discos después, Weezer ha llevado a proporciones más grandes su irreverencia, demostrándolo en los últimos tres años. Su nuevo álbum titulado Hurley no sólo cuenta con una de las peores portadas del año sino que consta de 11 tracks que suenan igual. No pienso hablar de la historia de la portada porque es algo que se ha hablado en muchos lados, sólo me limitare a decir: efectivamente es Jorge García, protagonista de la serie de TV Lost. Ahora, en cuanto al álbum, debo decir que en su mayoría son canciones que definitivamente dejan atrás la esencia e imagen de héroes geek que sus primeros trabajos se encargaron de formar y ahora dan paso a una nueva era (en palabras de Cuomo) más cruda y emocional.

El álbum inicia con el primer sencillo, “Memories”, el cual dicta cómo será el tono de todo el álbum: guitarras pesadas y coros pegajosos ideales para todo público. Cabe destacar que “Memories” es el primer sencillo que se desprende de este trabajo y que además será usado en la película Jackass 3D. “Ruling Me”,  co-escrita con Dan Wilson (Semisonic), continúa la tendencia nueva de Weezer. Extrañamente “Ruling Me” suena a algo que pudo haber salido de New End Original o Jimmy Eat World, sin embargo, esto no quiere decir que sea malo, sino todo lo contrario. El declive empieza con “Trainwrecks” y “Unspoken”, las cuales ponen el lado sentimental y emocional al álbum. La primera fue escrita después del accidente de autobús que Rivers tuvo durante la gira promocional de su disco Raditude y la segunda fue escrita después de su boda. Son canciones más lentas que las dos primeras. Inclusive, “Unspoken” empieza de manera acústica y termina en algo eléctrico y visceral.

Despues de eso siguen canciones como “Where’s Is My Sex?”, “Run Away” y “Hang On”. Esta última destaca por contar con la colaboración del actor Michael Cera al tocar la mandolina y hacer coros. Si me preguntan qué hace Michael Cera ahí, no sabría qué decirles porque, además de que su presencia es casi imperceptible, uno se da cuenta de ella porque aparece en los créditos. “Smart Girls” es por mucho la canción más tonta del álbum a pesar de que Tony Kanal, integrante de No Doubt, colaboró a escribir la letra. Aun así, la canción no se salva de ser aburrida y simplona. Para cuando uno llega a este punto del disco nota que algo ocurrió. Desde empezar con canciones solidas, el disco cae estrepitosamente por un tobogán de chistes malos, momentos WTF y una pésima calidad lírica. Todos los sabemos: Rivers Cuomo jamás ha sido el más brillante escritor de canciones, es decir, en los inicios de la banda la letra era divertida y entretenida (claro, era 1994 y todos se sorprendían fácilmente) pero ahora las canciones caen en lo bobo. Si en sus pasados álbumes las canciones eran tontas, ahora lo son lo doble de tontas.

Después, el disco trata de retomar camino con “Run Away” que cuenta con la ayuda de Ryan Adams en la guitarra, pero bien podía ser omitida del disco y nadie se daría cuenta. Para finalizar, la balada folk “Time Flies”, la cual recurre a la melancolía de cómo el tiempo vuela rápidamente sin que nos percatemos de ello. Curiosamente, así es como uno se siente al terminar de escuchar Hurley; un viaje apresurado con pocos momentos realmente impactantes y que hacen que uno llegue a pensar que fueron 11 canciones (14 en la edición especial) hechas para ser escuchadas una sola vez y no volver a saber de ellas a menos de que seas muy fan de Weezer.

En conclusión, Hurley definitivamente no es igual a sus primeros trabajos, pero al menos es el mejor disco que han sacado en ocho años y eso ya es un gran mérito. Para las nuevas generaciones ávidas al Internet y a la cultura moderna, éste es un disco redondo y disfrutable. Para aquellos fans que vivieron la época de gloria de los californianos es un disco más, al que después de haberle dado play y llegue al stop, se irá al estante junto a los demás discos de la banda o junto a la colección de Lost. Ustedes decidan.

Mejores Canciones: “Memories” y “Ruling Me”

La primera lo tendría que ser porque es la canción mas rebelde que le he escuchado a Cuomo, no sólo por la lírica sino al momento de cantarla: “Memories make me want to go back there, back there”. Es obvio que la nostalgia fue el invitado especial y el hecho de querer realizar algo que todo el mundo anhela le da una fuerza especial. “Ruling Me” continua y se enfoca en contar una historia de amor. Aquí, gracias a la ayuda del líder de la extinta banda Semisonic (Dan Wilson), la canción hace que no se convierta en cliché y hace que uno se identifique con la letra: “It’s no mystery why you’re ruling me”, es algo que cualquier enamorado le diría a su pareja. Estas dos canciones juntas crean un combo emocional único.