Es bien sabido para los fanáticos de Pink Floyd que cuando llega el momento de elegir una canción predilecta de su discografía, David Gilmour, actual líder del mítico conjunto inglés; siempre pasa un mal momento tratando de evadir la cuestión, como el hombre mesurado que es.

Desde que Roger Waters abandonó a Pink Floyd en 1985, Gilmour se ha convertido en el rostro de la banda, y la pregunta sobre cuál es su corte favorito (considerando todas las etapas por las que ha pasado el proyecto), resulta en implicaciones peligrosas. Salvo una única ocasión en la que compartió seis canciones que considera las mejores, nunca había nombrado a una favorita, hasta ahora.

Pese a contender contra clásicos del rock & roll como “Comfortably Numb”,
“Wish You Were Here” o “The Great Gig in the Sky”, la elección de Gilmour resultó un tanto más abstracta: “High Hopes”

“High Hopes” de ‘The Division Bell’ es una de mis canciones favoritas de Pink Floyd de todos los tiempos.

David Gilmour vía Far Out Magazine.

Para mediados de los noventa, Pink Floyd se había transformado en algo completamente distinto a sus primeros días. Waters no solo había dejado el grupo, sino que introdujeron cada vez más miembros nuevos al equipo; desde el productor Bob Ezrin hasta una gran cantidad de músicos de sesión. Pero quizás la relación más vital en la banda fue Gilmour y su entonces novia, Polly Samson. Juntos escribieron la mayoría de las letras del álbum.

Samson, talentosa escritora, aportó una sensación de equilibrio a las canciones.

Empecé a escribir cosas y a buscar su opinión (…) poco a poco, como escritora y como persona inteligente, empezó a tomar el remo, y yo la animé.

David Gilmour vía Far Out Magazine.

No hay duda de que el momento brillante de la pareja llegó con “High Hopes”. “Reunió todo el álbum”, dijo el productor Bob Ezrin.

Gran parte de la confiabilidad de la canción provino del hecho de que fue la primera pista que la banda comenzó a componer para el álbum, pero la última que terminaron para el LP. Sería el segundo sencillo de The Division Bell y proveedora de su título, después de que un amigo de la escuela, Douglas Adams, eligiera las palabras del segundo verso.