Sin lugar a dudas, una de las series más populares de todos los tiempos es Game Of Thrones, el programa producido por David Benioff & D.B. Weiss y que a lo largo de sus ocho temporadas condujo a su casa productora, HBO, a la cima del éxito obteniendo innumerables reconocimientos, cifras extraordinarias de audiencia, y la gloria absoluta como uno de los shows de televisión más comentados y seguidos.

El rating más alto obtenido por la serie fue de 17.4 millones de espectadores, de acuerdo con HBO (vía CNBC). La cantidad de hogares que vieron la temporada siete, estrenada dos años antes de la última, llegó a los 16.9 millones.

Sorprendentemente, han transcurrido casi dos años desde que la última -y muy debatida- temporada de GoT salió al aire; y desde entonces, HBO no ha podido superar la enorme y pesada sombra que dejó a su paso el drama protagonizado por Emilia Clarke y Kit Harington.

De acuerdo a un reciente reporte del sitio especializado Variety, que enlistó a los “perdedores” y “ganadores” en cuanto a popularidad 2020, HBO se quedó al fondo de la tabla como uno de los grandes fracasos en la era de transición a servicios de streaming, pues señala que perdió más de la mitad de su audiencia, conformada por personas de 18 a 49 años de edad, durante el año que recién culminó.

Por supuesto, esto se debe a la ausencia de la serie inspirada por las novelas de George R.R. Martin, y es que la productora no ha encontrado una serie que iguale el éxito obtenido por GoT. Se trata de una tarea titánica, pues es un fenómeno que no ocurre muy a menudo.

Actualmente se encuentran trabajando en el spin-off  House of the Dragon que, con un poco de suerte, regresará a HBO a las mieles del éxito. Contará con una buena dosis del mundo de fantasía ofrecido por Martin, y se basará en la novela Fire and Blood, donde se detalla la historia de Westeros varios cientos de años antes de los hechos de Game of Thrones, y se centrará en los miembros de la intrigante Casa Targaryen.