El problema con los organizadores de festivales, promotores y demás involucrados en la industria del entretenimiento es que no han entendido que no han entendido nada.

Como mencionábamos en una pieza que sacamos hace no mucho tiempo, aquí creemos en que la única solución para regresar a los conciertos masivos, es aceptar que no podemos hacer conciertos masivos mientras haya un virus letal, y que guardarnos, esperar y dejar de organizar “alternativas” ó “soluciones grandiosas” que únicamente ha ayudado a que el virus se propague.

Sin embargo, Melvin Benn, jefe de los festivales de Readings y Leeds, no piensa igual.

Este auténtico “Hank Scorpio” de la música, vía Loudwire ha llegado con una fabulosa idea que absolutamente a nadie en este mundo se le había ocurrido antes:

Hacerles pruebas de COVID-19 a todos los asistentes, y si no lo tienen, entonces pueden pasar.

¡Wow! ¿Cómo es que jamás, a nadie, se le ocurrió esto? Imaginémoslo, un festival para 25 mil personas en las que, claro, todas deban hacerse una prueba en la entrada del festival y en caso de no tenerlo, venderles una entrada.

Ó peor tantito, seguir la segunda “maravillosa” idea de Melvin:

Colocar 600 puntos de pruebas alrededor de las ciudades, en los que la gente vaya, se haga pruebas, y si sale negativo les vendemos el boleto ahí.

Melvin Benn

¡Claro que sí! Por supuesto que no es una terrible idea convocar a miles de personas en diferentes puntos de pruebas donde sólo haría falta un sólo infectado para contagiar a los demás y, prácticamente, hacer de ese punto de “control” uno de “contagio”.

Siendo más serios, recientemente quedó científicamente demostrado que aún no es buena idea que regresen los conciertos masivos, ya que un reciente evento sin medidas de sana distancia provocó 260 mil nuevos casos de Coronavirus.