Recientemente se desarrolló en Leipzig, Alemania, una serie de conciertos multitudinarios con la intención de que científicos puedan investigar los riesgos que conlleva hacer este tipo de eventos en la nueva normalidad impulsada por la pandemia del Coronavirus.

El pasado fin de semana, la Universidad de Halle convocó a unos 4.000 voluntarios sanos, de entre 18 y 50 años, para presenciar los shows del cantautor alemán Tim Bendzko, durante tres noches seguidas.

La investigación, llamada Restart-19, busca estudiar “las condiciones en las que tales eventos pueden llevarse a cabo a pesar de la pandemia”. Para ello, se montaron tres escenarios diferentes. La meta del primero era simular las condiciones de un evento antes de la pandemia; el segundo, un concierto con mayor higiene y distanciamiento social; y el tercero con la mitad de los asistentes y con cada persona a 1.5 m de distancia.

Además, cada visitante porto careta/cubrebocas y un dispositivo de rastreo para medir su distancia; y así, determinar qué superficies son las más tocadas por la audiencia y qué partes del recinto son las más susceptibles al amontonamiento.

“La pandemia de coronavirus está paralizando la industria de los eventos”, dijo antes del evento el ministro de Economía y Ciencia de Sajonia-Anhalt, Armin Willingmann para BBC.

“Mientras exista riesgo de infección, no se pueden realizar grandes conciertos, ferias y eventos deportivos. Por eso es tan importante averiguar qué condiciones técnicas y organizativas pueden minimizar eficazmente los riesgos”,