Sin lugar a dudas, tener la oportunidad de experimentar la música en vivo a la orilla del mar, mientras puedes percibir el delicado roce de la arena en tus pies, es algo que no todos los conciertos nacionales pueden ofrecer, y valla que la segunda edición de Down In Mexico -celebrado en las playas de Puerto Escondido, Oaxaca- logró cumplir con creces el sueño de una gran fiesta con sabor a mezcal y agua salada.

Fue dentro de las instalaciones del Club de Playa Villasol, ubicado en la paradisiaca Playa Bacocho, que transcurrió Down In Mexico 2020, un festival que si bien aún no alcanza la popularidad que otras celebraciones de la misma naturaleza ostentan, tiene todo para convertirse en la nueva opción favorita para aquellos que buscan comenzar el año al ritmo de música en vivo, DJ sets, y pool parties hasta el amanecer.

Durante tres días seguidos (comenzando el 02 de enero) Down In Mexico presentó una pequeña pero consolidada curaduría de talentos nacionales e internacionales que entre sus letras más grandes ofrecía los actos en directo de Orlando Julius and The Heliocentrics, Crazy P, Franc Moody, Los Sonidos de Buenavista Social Club con Ibrahim Ferrer Jr y una fina selección de DJ Sets con Breakbot, Pool Side y muchos más.

Uno de los actos más aplaudidos y que indudablemente conectó casi de manera instantánea con la audiencia fue el de los ingleses Franc Moody, cuya primera presentación en territorio mexicano se produjo justamente en el marco de Down In Mexico 2020. Con una rica fusión entre funk y disco, el cuarteto hipnotizó a todos los presentes evidenciando su entusiasmo por tocar en un lugar tan mágico como lo es la costa oaxaqueña.

Del otro lado del festival, en la piscina principal del Club de Playa, se configuró un pequeño booth que desató una fiesta sin igual entre coloridos inflables, bikinis, baile y muchos cuerpos mojados. Artistas como Moullinex, SOOS o Felipe From BK encendieron los ánimos de una celebración que se extendió hasta altas horas de la madrugada, cuando el cielo de Playa Bacocho comenzaba a iluminarse.

La jornada del día sábado no fue menos emocionante. Actos en directo tan enérgicos como el del grupo de house y funk Crazy P, o la elegancia y tradición del son cubano a manos de Ibrahim Ferrer Jr -hijo de la leyenda del co-fundador de Buenavista Social Club- demostraron que un festival en la playa bien organizado es posible -pese a todas las dificultades que ello conlleva- para un público ávido por encontrar nuevas experiencia que los conecte de manera más fidedigna e inmediata con sus artistas favoritos, o en su defecto, con una fiesta de proporciones memorables.