Texto por Mixar López

Escuchar el nuevo álbum de ‘Divino Niño’, ‘Foam’ (2019), se siente como ponerse al día con un viejo amigo. Hay una química de composición de canciones innegable, entre el guitarrista Camilo Medina y el bajista Javier Forero, que se conocieron cuando eran niños, por allá en Bogotá, y años después, se volvieron a conectar —por pura casualidad— después de que las dos familias se mudaran a Miami. 

Ahora, estos habitantes de Chicago, su ritmo y emotivas —a veces bilingües— canciones de punk latinas, son un reflejo de su fuerte vínculo, que abarca todo el continente. Sí, ‘Divino Niño’ no se pudo haber formado sin coincidencias improbables, pero finalmente, oportunas.

Esto se vislumbra en la efervescencia completamente atractiva, almibarada y a veces sensual de la banda. Las raíces latinoamericanas del cuarteto se filtran a lo largo del delicado LP ‘Foam’, pero especialmente, en el sencillo “Maria”, que se canta totalmente en español. Inspirado, en partes iguales, por el punk argentino y la narrativa lacrimógena de las telenovelas mexicanas, la pista está henchida de personalidad y desencanto; es uno de los tracks más memorables en todo el disco. Aunque es la primera canción compuesta por Medina, ha expresado que no fue algo autobiográfico, se entregó a la letra con suficiente emoción como para sentirse real. Medina resume el ethos de la banda: “Nosotros estamos muy motivados por el sentimiento: algo acogedores,  muy solitarios y un poco sentimentales”.

Después de afilar sus dientes y cuerdas al lado de bandas del sur de Florida, Javier Forero y Camilo Medina se mudaron a Chicago en 2010 para estudiar en el Instituto de Arte de Chicago. Allí se encontraron con el guitarrista Guillermo Rodríguez; juntos los tres, se convirtieron en compañeros de cuarto en 2013 y comenzaron la primera etapa de ‘Divino Niño’ (‘Pool Jealousy’). El baterista Pierce Codina se unió tiempo después, y posteriormente a varias grabaciones y mixtapes como el ‘The Shady Sexyfornia Tapes’ de 2016. Estas cintas —las primeras pistas de blues impregnando la batería— evolucionaron gradualmente al rock nostálgico de ‘Foam’, ahora con sintetizador. Grabando y desechando el registro varias veces, las canciones exploradas en ‘Foam’ eventualmente tomaron forma a medida que Javier, Camilo y Guillermo pacientemente encontraron su voz propia.

Los diez tracks en ‘Foam’ presentan armonías tersas de Medina, Rodríguez y Forero; letras nostálgicamente románticas como aquella súplica anhelante en el canción principal (“I wanna be with you the way that you are”) con cálidos y meloso arreglos en “Quiero”, un desquite entre el inglés y el español, con guitarras y armonías mareadas que anclan la dulzura de toda la letra: “Quiero tocar tus memorias de ayer / Pintar orgasmos en tu pared / Quiero enterrar mi girasol en tu cielo / Quiero ser una cana en tu pelo”. Es lo más parecido a una imagen completa de amor como puede llegar a ser una canción, abordándolo todo, desde la intimidad emocional, la curiosidad y el sexo, sin un segundo de desperdicio.

‘Foam’ es una carta de amor para la escena musical Underground de Chicago. Forero explica: “La comunidad de Chicago ayudó agudizar nuestra visión y lo que se supone que debemos estar haciendo”. Para la banda, sumergirse en espectáculos como las tocadas de ‘Bunny’ (Jessica Viscius), ‘Glyders’ (Joshua Condon) y ‘Our Fathers’, cristalizaron el espejismo de cómo la ciudad puede y debe sentirse como una casa musical.

De hecho, la banda incluso reclutó a una lista de estrellas locales como colaboradores: Justin Vittori (‘Knox Fortune’, ‘Grapetooth’) que proporcionó algunos teclados y percusiones auxiliares, mientras que Luke Henry tocaba la guitarra. Andrew Humphrey, común colaborador de ‘Twin Peaks’, ayudó a mezclar el LP mientras que otros músicos como Paul Cherry, Colin Croom —también de Twin Peaks— y Matt Roberts de ‘Mild High Club’, ayudaron con la producción. Aunque la mezcla es el producto de tantas personalidades, historias de fondo e influencias que atraviesan géneros y líneas geográficas, ‘Divino Niño’ ha logrado crear algo que se siente verdaderamente fresco y único.

“Estamos tratando de encontrar, obviamente, nuestra propia voz y quiénes somos”, dice Medina. “Todo aquí es muy sincero y emocional. Queríamos demostrar que todos somos cursis”.