Por: Marisol Martinez

Tal y como se nos había prometido, House Of Vans regresó a sus orígenes este 2018 tras haber cesado actividades durante el año pasado en México. De aquella barra libre interminable, modernillos de la Roma-Condesa, Joey Bada$$, Wu-Tang Clan  y filas interminables llenas de invitados y medios quedó muy poco.

Este año se notó la preocupación de la marca por crear un evento verdaderamente enfocado en sus consumidores principales: jóvenes ávidos de conocer más sobre la cultura skate dentro de nuestro país, y también, sobre la escena musical que se viene gestando en nuestra geografía desde hace ya varias décadas.

El evento se dividió en dos grandes episodios, el primero iba sobre talleres en donde podías personalizar tu propio Streetwear (tan codiciado y deseado últimamente), ver a los próximos astros del skateboarding danzar con sus tablas en las rampas y tubulares instalados en el área de exhibiciones, hacerte de alguna ilustración de las figuras que hoy por hoy están dando la cara por el diseño mexicano o comprarte el vinilo de tu artista favorito en el stand de la Roma Records. 

El segundo capítulo, el más codiciado, iba sobre los live shows que Vans tenía preparados. El cambio en la curaduría de talentos fue brutal. De bookear talentos internacionales como Chromeo, Green Velvet, 2Chainz o The Kills no quedó absolutamente nada. Ahora, la casa apostó por el talento hecho en México con Molotov y Panteón Rococo a la cabeza del cártel sumándose otros más como LNG SHT, Plastilina Mosh y los recién graduados de las ‘Vans Sessions’, No Wrong Numbers.

¿Que si el movimiento fue bien recibido entre el público? Podría decir que el ‘aspiracional’, ese que gusta de barras libres y eventos gratis no, no les gustó en lo absoluto y es más, ni siquiera se les vio en el evento. Por otra parte, el venue se llenó en su mayoría de caras jóvenes, esas que jamás tienen una oportunidad real (dejémonos de mentir) cuando se anuncia un evento “gratuito con barra libre”.

Vans le cumplió a todos los admiradores que tiene a lo largo y ancho del país, chavitos que no tuvieron una barra libre, pero sí una chela de cortesía, playeras conmemorativas, rampas, las bandas que escuchan en la peda, en el Vive Latino y en su celular. Esas con las que puedes cantar a grito pelado y con las que no hay pose, sólo sentimientos y expresiones de alegría real.

¿Qué si el movimiento fue bien recibido por los verdaderos admiradores de Vans?

Yo diría que sí.

Nos vemos en #HouseOfVans 2019.