El futuro resultó no ser tan “impresionante” como los filmes o las caricaturas lo vendían. Y en vez de vivir en la época las colonias espaciales y los robots gigantes, el futuro que estamos viviendo (por muy paradójico que esto suene) sólo se puede resumir en un término:

Sobrecarga de elección.

Ahora puedes elegir entre cientos de restaurantes, cientos de servicios y hasta cientos de personas desde la comodidad de una aplicación. Y mientras que la comida y las facilidades, así como las personas, suelen tener un punto de solución más rápido por tu personalidad y gustos, hay una elección que simplemente nos sigue costando mucho decidir:

¿Qué carajos ver en Netflix?

Cuando abrimos la plataforma, las primeras tres opciones que llegan a nuestra cabeza son:

  1. ¿Qué quiero seguir viendo? (Series a las que ya estás enganchado)
  2. ¿Qué ya he visto y volvería a ver? (Películas, episodios específicos, etc).
  3. ¿Qué hay nuevo y a qué le podría entrar?

¿Y cuál es el gran problema?

Que según el estudio realizado por Caltech, la sobrecarga de elección genera que al tener tantas opciones disponibles, el córtex del cíngulo anterior se activa frente al análisis de los pros y los contras de tu decisión; quiere decir, que comienza una enorme batalla de neuronas en tu cerebro decidiendo qué es lo que quieres ver y porqué es que deberías verlo.

Además, lo que conocemos como el cuerpo estriado, comienza un proceso de análisis de “recompensa”, que va más allá de “porqué sí y porqué no” mirar una serie, y busca una finalidad más acorde a tu personalidad e incluso resultado social de ver o no un nuevo contenido.

¿Un ejemplo de esto último? Cuando miras “La Casa de las Flores” o “Made In México”, consciente de que NO te va a gustar, pero presionado a tener de qué hablar en redes o incluso en una interacción social real.

Ok, Lifeboxset, pero entonces ¡¿Qué?! ¡¿Por qué nunca sé qué elegir?! ¡Sigo sin entender, carajo!

Pues podríamos resumirlo a que al tener tantas elecciones disponibles, que tocan presente, pasado y futuro (qué quiero seguir viendo, qué ya vi y volvería a ver, además de qué contenido nuevo podría sintonizar), tu cerebro entra en un complejo proceso de elección al cual se suman los miles de títulos disponibles en la plataforma.

A eso, sumemos tu actividad cerebral antes ya mencionada: el peso de qué beneficio te dejará a nivel social (cortesía de tu cuerpo estriado) para eliminar a las opciones que NO te vayan a dejar un beneficio social (o dar de qué hablar), haciendo que entonces tu elección no sólo se vuelva más complicada, sino que reducida porque eliminas toda posibilidad de mirar algo nuevo sólo porque NO está de moda.

Por eso es que te cuesta tanto trabajo.

¿Y cómo lidiamos con esto? Con el clásico post en Facebook:

“¿Alguna serie que me recomienden y que no me deba perder en Netflix?”

¿Para qué? Para reducir la actividad de tu córtex del cíngulo anterior y de tu cuerpo estriado, eliminar el tener que elegir entre presente, pasado y futuro, deshacerte del análisis de uso o beneficio social por elegir un contenido y así, finalmente, reducir tu sobrecarga de elección a lo que tus amigos te propongan.

¡Así que sin miedo con esas recomendaciones! Tú pregunta, al fin y al cabo por algo son tus amigos, ¿no? ¡Puede que ellos te ayuden a evitar tener problemas de elección!