Honestamente y con toda la intención de herir sensibilidades, Pipe Llorens se me hace uno de los tipos más punks en la movida independiente mexicana.

Pipe no sabe rapear, pero rapea. Pipe no es el más agraciado a nivel composición, pero compone. Honestamente Pipe no debería ni siquiera de ser famoso pero lo es; lo es al grado en que si somos estrictamente correctos, Llorens es algo así como un “proto-Lng/SHT”; dígase, el primer tipo clase media blanco que empezó a entrarle a las rimas, y eventualmente logró llamar la atención por su carisma y gran intención en los escenarios.

En conclusión: Pipe Llorens no debería existir. Pero existe, te guste o no. Aunque te duela, aunque lo odies. 

Hoy, el originario de Torreón, no conforme con lo que ha logrado hasta la fecha, ha decidido dar un nuevo giro qué, me parece, bien podría estar influenciado por personajes como Juan Cirerol, a quién seguramente recordarán no por su música, sino por sus ya cansados escándalos que poco a poco, opacaron su carrera.

Pero no todo está mal, y es que en una suerte de folk inspirado por mero instinto y sentimiento (dígase, no precisamente estructurado y estrictamente construido), Llorens vuelve a denotar esa pequeña cara punk en su sonido al dejar lo de intentar rapear, para traernos un estreno de cuerdas y madera que avienta profundas frases existencialistas, llenas de ese sarcasmo único y una actitud relajada.

“Mejor me voy”, nos habla de cansancio, nos habla de ya, bajar los puños y aceptar el resultado para poder mandarlo todo al carajo y regresar al punto cero, desde la nada, en un lugar nuevo y rodeado de gente nueva.

“Si yo fuera Jesucristo, no volvería”

Dense lo nuevo de Pipe Llorens. Quizás un sencillo que no debió salir, pero salió, y la verdad, no está nada mal: