Florence Welch

Rodrigo Vélez / LifeBoxset

En años recientes con la llegada de los anuncios de carteles de festival, también llega una verdad incómoda: la gran mayoría a nivel mundial tienen una oferta desproporcionada entre actos masculinos y proyectos en los que participa aunque sea una mujer. Hay quienes visualizan los carteles dejando únicamente los nombres de los actos con participación femenina y el resultado es impactante, parecen pueblos fantasma. Es costumbre también que la reacción instintiva sea culpar a los promotores de estos eventos, sin embargo el problema es mucho más complejo.

Desde su orígen, Absolut nos ha invitado a imaginar un mundo más abierto e inclusivo. Ya sea empoderando a la comunidad LGBTQI o mostrando que un mundo donde todos tenemos un rol igualitario es posible con iniciativas como In an Absolut World, la marca ha sido un agente de cambio con el cual nos identificamos. En esta búsqueda hoy ofrecemos algunas perspectivas a esta incómoda pregunta: ¿Por qué no hay más mujeres tocando en tus festivales favoritos?

La culpa no (siempre) la tiene el promotor

Los festivales son negocios y los promotores empresarios. Para garantizar su éxito la ecuación para resolver quién debería tocar en su festival debe tomar varios factores en cuenta. En primer lugar una línea editorial, los actos cuyo sonido, imagen y presentación están alineados a comunicar la esencia que hace único y especial a ese festival. En segundo lugar está la demanda. Para que la inversión del promotor en un acto tenga sentido debe existir un retorno de inversión justificados en el número de boletos vendidos que potencialmente podría generar la presencia de una banda en un festival. Siguiendo estos principios resulta difícil pensar que el origen de la discriminación de las mujeres o su falta de inclusión provenga de los promotores… al menos exclusivamente.

En términos prácticos. Si tienes un festival de música alternativa y quieres atraer a miles de personas el mismo año que actos como Lana Del Rey o HAIM lanzan un nuevo álbum y sus disqueras invertirán mucho dinero en promocionarlos… ¿Por qué no querrías a algunos de estos actos en tu festival suponiendo que su música está alineada a tu propuesta editorial? No tiene sentido.

La ecuación para realizar la programación de un festival es más compleja que la voluntad y cartera del promotor. En la cadena hay que integrar variables como la disponibilidad del artista, la disposición que tenga para visitar cierto territorio o hacer cierto tipo de presentaciones, contratos existentes con otros promotores, planes de promoción de su disquera y una larga lista que pueden contribuir a que sea posible o no que un promotor logre confirmar a un artista en su festival.

Si vemos la cadena de pasos para que un artista llegue a los escenarios, los promotores están casi al final de ésta. Una pregunta válida sobre estos personajes de la industria sería, ¿cuántas mujeres tienen roles determinantes en la programación de los festivales que tienen una baja presencia de actos femeninos?

Of Monsters and Men en Lollapalooza Chile 2013. Foto: Rodrigo Vélez.

¿Quién es la industria musical?

Esta interrogante puede ser más interesante para entender de dónde surge la disparidad que tanto nos inquieta. ¿Quiénes son los agentes que promueven a los artistas con los organizadores de los festivales? ¿Quiénes deciden qué artista es prioritario para una disquera y cuánto presupuesto se le asigna? ¿Quién trabaja en los estudios de grabación? Si evaluamos toda la cadena de personas involucradas en el éxito de un acto musical podemos encontrar por qué puede ser más difícil que la mujer tenga la misma importancia y acceso que el hombre en su carrera como artista.

Si las mujeres debajo del escenario no tienen las mismas oportunidades que los hombres para moldear a esta industria, podemos esperar un efecto progresivo hacia los artistas. Al respecto, iniciativas como el festival Ruidosa se han dado a la tarea de congregar a las mujeres que hoy forman parte de la industria para formar redes de apoyo, afrontar los retos que tienen de frente y reflexionar sobre el rol que tienen en la industria musical, así como las dificultades inherentes que viven en ésta por el simple hecho de ser mujeres.

Escort Bahidorá 2016

Rodrigo Vélez ®

La demanda

Si muchos festivales no cuentan con más actos femeninos en sus carteles, sus organizadores probablemente responderían que se debe a que no existe suficiente demanda por estos o no tienen la calidad suficiente para brillar en el escenario. En muchas ocasiones, tendrían razón, pero, ¿por qué?

Dentro de la industria, históricamente ha sido muy difícil que los proyectos femeninos conserven su integridad al momento de dar el “salto a las grandes ligas”. Hay expectativas y casillas que muchos agentes de la industria pretenden que cumplan. Desde bajar de peso a explotar más su atractivo sexual o “ser más femeninas”, es muy complicado que una mujer logre conseguir los apoyos que un proyecto necesita para sobresalir si no se adhiere a estas “reglas” que provienen de un sistema patriarcal.

Si no existen más actos femeninos con suficiente demanda o suficiente calidad también es porque la maquinaria del entretenimiento, desde el mundo independiente, hasta el mainstream, aún está programada y anquilosada en la visión construida por un grupo misógino y patriarcal. Si un proyecto asombroso no tiene una imagen lo suficientemente “sexy” tal vez no consiga la promoción y apoyo suficiente para crecer. Aún es difícil romper con los arquetipos que existen para las mujeres en la música: las bandas de chicas, las estrellas pop, las vocalistas acompañadas solo por hombres, aún cuando actos como Solange, St. Vincent o Grimes hayan demostrado que una mujer y su visión son más que suficientes para generar proyectos altamente exitosos.

Mucho más atrás

Esta cadena puede avanzar hasta llegar a los problemas de equidad de género más básicos en nuestra sociedad. ¿Cuántos padres le regalan guitarras eléctricas o baterías a sus hijas en lugar de kits de maquillaje cuando son chicas? ¿Cuando un hombre forma una banda en la escuela confiará lo suficiente en que una chica toque tan bien como uno de sus amigos? Y así la lista de interrogantes puede avanzar en un ciclo infinito. El problema es profundo.

Si no hay mujeres tocando en tus festivales de música favoritos es porque a través del largo y complicado proceso que pasa una persona para transformarse en un gran artista hay un sinfín de obstáculos que un hombre no enfrenta. Así de simple es la explicación y compleja la solución.

Esperamos que entre más conversaciones existan al respecto, espacios seguros para fomentar y desarrollar el talento y profesionales convencidos del trabajo que hay de frente para alcanzar una equidad de género como industria, poco a poco sea menos tortuoso para una mujer triunfar en la música sin comprometer su integridad o visión.

Tú como espectador puedes hacer tu parte apoyando a los proyectos que más te gustan, comprando boletos para verlos en vivo, mercancía, recomendándolos y propiciando esa demanda que necesitan para escalar su carrera.

Absolut y LifeBoxset queremos ver a más mujeres exitosas en el mundo de la música y una sociedad igualitaria que lo permita. Si quieres saber más de lo que estamos haciendo para lograrlo síguelos en redes sociales como @absolutmx.