No hay duda alguna de que festivales como el Electric Daisy Carnival son únicos… por lo menos en México. Ya sea que te encante o te irrite el EDM, el género electrónico tiene una fuerte presencia en la capital de nuestro país.

En la misma curva del Autódromo donde se llevan a cabo festivales masivos como el Corona Capital y el Hell & Heaven Metal Fest, el EDC ha pasado la prueba de los tres años, atrayendo a decenas de miles de personas, muchos de ellos menores de 18 años.

El gran atractivo que tiene el EDM sobre las nuevas generaciones de fans se puede explicar por la experiencia que ofrece el EDC: un parque temático gigante con juegos mecánicos, mucha pirotecnia, y escenarios que parecen extraídos de un sueño dalíesco. Hasta el más hiperactivo de nosotros salió agotado de esta fiesta sin cuartel.

En el primer día de actividades que nos ofreció el carnaval de luz y sonido de Insomniac, los cuatro escenarios (y el boom box) estaban puestos para soportar los brincos de las masas al ritmo 4/4. Es de notar incluso la calidad de sonido que derretía los tímpanos de todo aquel que no llevaba tapones de oídos. House, trap, trance, techno… pero principalmente pistas de house, estuvieron a la orden del día. Desde clásicos de las remezclas como los Yeah Yeah Yeahs y Coldplay, hasta temas más modernos de artistas como The Weeknd, Major Lazer, y Adele (WTF!?) pasaron por las consolas.

Aunque le dimos más de una vuelta a todos los escenarios, el KineticFIELD fue nuestra “base de operaciones” (aquél con el búho gigante). Hacemos mención especial de los headliners de la noche, quienes nos dieron un espectáculo distinto al de los otros actos, más potentes, más versátiles. No por nada, Alesso y Martin Garrix son los mejores DJs del mundo, y los que más audiencia jalaron, casi alcanzando niveles similares al de un acto del Corona Capital. Si estuvieron ahí para escuchar “Animals”, seguro saben de qué estamos hablando.

Ahora bien, hay que recargar las pilas porque el día 2 luce todavía más interesante que el que sobrevivimos.

Rodrigo Vélez ®

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Cómo fue que el primer día del EDC México nos dejó al borde de la euforia