Directo de Ciudad Satélite en el Estado de México llegó un grupo fuera de lo común: una banda de math rock y rock experimental que, con sus toques de música electrónica, circuit bending y punk, llegó a enamorar a un público sediento de cosas nuevas que buscaba un sonido fresco y ecléctico; esta banda se llama Vicente Gayo.

Fue su primer sencillo “Fin De Transmición” el que los llevó a los oídos de sus ahora fans, abriéndoles paso en el mundo de la música independiente mexicana y llevándolos a tocar en el Festival Vive Latino 2010, uno de los mayores exponentes del talento musical iberoamericano en el mundo. Sin embargo, fue su disco Vicente Gayo. Primer LP y Novela Gráfica el parteaguas en su carrera. ¿Por qué? Porque los estableció como una banda con pasión más allá de la pose de “rockstar”. El disco, que venía acompañado de un DVD y un cómic, demostró el talento de la banda como creadores, con sus imponentes melodías y letras pero, sobre todo, una pasión desmedida por lo que hacían.

Alan Ity, también conocido como Alan Ortiz, fue y sigue siendo miembro de esta pasión, misma que como vocalista busca transmitir a su público y sus seguidores. Y es que para él, el estatus de estrella de rock es algo que queda de lado cuando su principal inspiración, la música, está frente a él.

Con pasión todo se puede y él es un claro ejemplo de ello. Su más reciente colaboración fue en el disco ganador de cinco Grammys Latinos, Hasta La Raíz de Natalia Lafourcade, proyecto en el que colaboró programando y sampleando los tracks de la popular chica mexicana. Esta colaboración lo llevó a ser acreedor de un Grammy al ganar en la categoría “Mejor Ingeniería en Grabación para un Álbum”, prueba de que su talento va más allá de ser simplemente el vocalista de una banda o el productor de una canción: Alan Ity lo hace todo y lo hace con amor.

No cabe duda que es uno de los grandes músicos mexicanos a quien no debemos perderle la pista y un verdadero testimonio de lo que significa el esfuerzo, talento y dedicación #ALaMexicana.

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