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¿Has perdido el rumbo en la vida? Las crisis pasan durante todas las etapas de la vida, así que es muy normal sentirse perdido, sin un camino qué seguir. El dilema son las consecuencias de permanecer mucho tiempo sin un rumbo en la vida. Quizá al leer algunos de los problemas que te pueden ocurrir, te sientas motivado en encontrar tu camino, antes de que todo empeore.

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Problemas de sentir que no tienes rumbo en la vida

1. No haces nada por gusto. Cuando no tienes rumbo en la vida, te sientes obligado a hacer lo que sea. Pierdes la emoción que sentías por algunas cosas y te conviertes en una especie de zombie que sólo se mueve sin sentido alguno.

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2. Te vuelves demasiado indeciso. Tienes miedo a equivocarte, por lo mismo de que te sientes perdido. Analizas las situaciones muchas veces, y a la única conlusión a la que llegas es que tu decisión seguro te traerá problemas. Has llegado a niveles exagerados de negatividad.

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3. Sientes que estás solo. Eres incapaz de ver a las personas que te quieren. Sientes que nadie es capaz de comprenderte, te victimizas y piensas que eres la única persona sin rumbo en la vida. Con la cabeza fría, sabes que esto no es cierto, pero en tus momentos más vulnerables, no puedes dejar de pensar así.

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4. Tienes miedo de permanecer así. Te ahogas en tus problemas y te aterra pensar que podrías permanecer a diario con esa sensación. Una parte de ti daría todo lo que tuvieras en tus manos para reencontrarte, mientras que tu lado pesimista, no te permite realizar cambio alguno.

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5. Puedes comportarte agresivo. Estás muy enojado con la vida y con todos, como si ellos tuvieran la culpa de que no encuentras un rumbo e la vida. Explotas con cualquier comentario, ya que te tomas todo demasiado personal. La verdad es que estás sensible por la crisis que estás viviendo.

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6. Te comparas con quien puedas. En lugar de enfocarte a tu persona, comienzas a enlistar los éxitos de los demás a comparación de los tuyos. Claramente, te has vuelto incapaz de ver algo bueno en ti, por lo que te sientes un inútil en la vida.

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7. Añoras tu pasado. Ves a tu “yo” de hace años, como una persona con mucho carácter, capaz de lograr lo que se haya propuesto. Quisieras regresar en el tiempo y cambiar ese momento, cuando perdiste el camino. Te clavas tanto en tus memorias, que no actúas en el presente.

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8. No te identificas en ningún círculo social. Muchas personas te parecen aburridas o, tus inseguridades no te permiten acercarte a ellas. Tienes miedo al rechazo y a que descubran que no sabes qué quieres en la vida, como si al saberlo te fueran a señalar. Además, te pondría de malas escuchar su entusiasmo por el rumbo en la vida que están siguiendo.

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9. Te enfocas en tus fracasos. Después de la comparación con los demás, te has vuelto un experto en reconocer tus fracasos. Los tienes muy grabados en tu mente y esto, te genera desconfianza. Hasta sientes tus movimientos un poco torpes cuando te clavas demasiado en esos pensamientos negativos.

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