Si creciste en los noventa, seguramente recuerdas la serie Oye Arnold!, una de las caricaturas de Nickelodeon que más marcaron nuestra infancia. Sin embargo, esta no era una caricatura cualquiera y tenía muchos elementos que la hacían la más cool de todas. Checa cuáles acá abajo.

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Estas son las razones por las que Oye Arnold! era la serie más cool del universo:

1. Los abuelos de Arnold eran de lo más excéntricos y divertidos: desde las neuronas muertas del abuelo (que según él desaparecieron en Woodstock) y la esquizofrenia de la abuela, la situación familiar de Arnold era rarísima y súper divertida. Vivía en un edificio con gente de todo tipo que rentaba departamentos y sus abuelos siempre tenían algo nuevo que contar.

2. La caricatura tenía música jazz: desde el intro hasta la afición de Arnold por este género, ¿qué otra caricatura tenía música tan cool?

3. Tenía personajes femeninos fuertes: Helga, Phoebe y Rhonda inspiraron varios capítulos en la serie, rompiendo la tendencia de las caricaturas de hablar sólo de personajes masculinos.

4. El cuarto de Arnold era increíble: todos quisimos tener un sillón que saliera de la pared y un control remoto que manejara todo. El techo estaba hecho de cristal (podía ver el cielo) y daba a la azotea. Increíble.

5. Era un gran retrato de vivir en el mundo real: las aventuras de los chicos pasaban en las calles sucias, llenas de ratas, palomas, con vagabundos y transeúntes.

6. Tocaba temas oscuros: no era la típica caricatura que hablaba de temas infantiles. Muy por el contrario, Oye Arnold! tocaba temas como la migración, los problemas de no tener casa o trabajo, la pobreza, la adicción al juego y el alcoholismo.

7. Por cómo retrataba el amor: la obsesión de Helga con Arnold era un retrato del amor un poco creepy pero muy real. De la misma manera, el personaje de Brainy traía ese elemento que complementaba lo que bien habría podido ser una relación adulta. Nada de niñerías, todo en esta serie era bastante adulto.

8. Era un gran ejemplo de amistad: por sobre todas las cosas prevalecía la amistad y ese era uno de los grandes atractivos de la caricatura.

Oye Arnold! estará por siempre en nuestros corazones.