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El mundo parece considerar los 20 años como esa edad a la que todos quisiéramos regresar. Cada edad implica una forma diferente de ver las cosas, entre ellas, las relaciones amorosas. No es lo mismo enamorarte a los 20 que a los 30, ni que a los 40, ya que cada edad conlleva diferentes necesidades, deseos y ya tenemos filtros que nos hacen saber que queremos y que no. Aquí les dejamos una lista de las diferencias que hay entre enamorarte a los 20 años y a los 30.

1.- Invitar a salir a alguien.

Cuando tenemos 20 lo hacemos mucho más sencillo y casual, inclusive hay algo de emoción en hacerlo. Cuando tenemos 30 parece que estamos haciendo un cierre de negocios.

2.- Le cuentas a todos tus amigos.

Cuando tienes 20 le cuentas a tu grupo de amigos que vas a salir con alguien y hasta te emocionas; escoges lo que te vas a pones y el lugar a donde irán. Cuando tienes 30 le cuentas a tu compañera del trabajo esperando que no sea uno más.

3.- La elección del lugar.

Cuando tienes 20 años todo el mundo es tuyo. Cine, cena, antro, fiesta. Cualquier lugar es bueno para una cita. Cuando tienes 30 años tus opciones se resumen en un bar con música tranquila y un restaurante con velas.

4.- Lo que pasa después de la cita.

A los 20 puede pasar dos cosas, o siguen la fiesta o se van a casa de uno de los dos. A los 30 años ya los dos tienen sueño y mejor se van a casa.

5.- Sextimentales.

A los 20 años pensamos en que no es necesario tener novia o novio para tener sexo, vamos de fiesta en busca de “lo que se de”. A los 30, ya empezamos a buscar con quien pasar un buen rato y tener una segunda cita.

6.- “Si este no funciona, pruebo con el otro”.

A los 20 años estamos acostumbrados a hacer zapping en las relaciones, si no nos gusta una persona por un mínimo detalle, la dejamos. A los 30 hacemos lo posible por acoplarnos el uno al otro.

7.- “¿Me llamará?”

A los 20 años parece que estamos jugando al amor, con reglas como “no le llames hasta que el lo haga” o “No te muestres tan interesado porque a ellas les gusta”. A los 30 ya nos da igual esas “reglas” del juego del amor, si estamos interesados en alguien lo decimos y ya.