Los baños públicos son aterradores. Ahora imagina que cuando estás en uno de esos espantosos cubículos, a alguien se le ocurra asomarse y peor, ni siquiera es una persona, sino una cabeza de maniquí de lo más creepy. Pues, no lo imagines más y checa cómo esta chica se dedica a torturar a las pobres incautas que seguramente jamás volverán a usar un baño público en su vida. Pobre gente… pero es muy chistoso.

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Vía: Brobible.com