Fotos: Daniel Patlán

Olvídense de la banda francesa que conocían por un sonido cuadrado, lo-fi o sencillo. Sí, Phoenix suena a una banda un tanto delicada en sus discos pero (muchos) bien sabemos que una banda no se define por su nivel o estilo de producción discográfica. Los que estuvimos hace unas cuantas horas en el primer concierto que Phoenix ofreció en nuestro país y en la Ciudad de México fuimos testigos de cómo no subestimar cuán potente puede ser una banda (cualquier banda) en vivo.

Tocaron “Lizstomania” para empezar (para complacer a quienes conocen a Phoenix por su nuevo álbum), siguieron con “Long Distance Call” para comenzar a recorrer su trayectoria y hacernos dar cuenta que estos franceses tocarían hit tras hit y, finalmente, continuaron con una lista de canciones perfectamente acomodadas para que todo el setlist cobrara la forma de una montaña rusa.

Cada una de las canciones sonó tal y como si la extrajeran de su álbum más una dosis extra (y muy alta) de volúmen suficiente para llenar de energía a todo el José Cuervo Salón y justificar un completo sold out.

Ya para terminar hicieron un encore maravilloso, tocaron en versión semi-acústica de “Everything is everything” y el gran cover de sus paisanos Air: “Playground love”. Aunque en el setlist dice que terminaron con “Rome” y “Funky squaredance”, la realidad fue otra: al ver y sentir la pasión de sus fans mexicanos, decidieron extender su set para cerrar con “1901”.

Se tenían grandes expectativas sobre este show, Phoenix cumplió y vaya que cumplió. Esperamos que el segundo concierto en la Ciudad de México tenga el mismo o más éxito.