Primavera Fauna 2014.

Primavera Fauna 2014.

Así, con un reajuste de los horarios más la inclusión de última hora de Beach Fossils, la gente de la productora pudo respirar más tranquila. A eso de las 13:00 se dio inició a un nuevo Primavera Fauna de la mano de los brasileros Boogarins. Estos precoces psicodélicos con sangre tropical y con un solo álbum a cuestas, As Plantas Que Curam, lograron cautivar a quienes no estaban preparados para iniciar la jornada con tanta intensidad y soltura, gran puntapié inicial.

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Con esto se fueron lentamente esfumando los indicios de duda que todavía podían quedar. Primavera Fauna se caracteriza por ofrecer propuestas novedosas y poco populares (a veces con desafortunadas elecciones, eso sí), pero este año dio un salto. Primero, sumó un nuevo escenario (ya son cuatro en total) y segundo se atrevió un poco más a la hora de elegir las bandas que acompañan a los platos fuertes.

Pond

Pond

Caso ejemplar fue lo de los australianos Pond, combo de energía del quinteto que aprovechó la instancia para probar un par de temas del pronto a ser editado Man It Feels Like Space Again. El público se desmadró bastante rápido si pensamos en lo temprano que era. Correcto debut de los hermanos de sangre de Tame Impala.

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Luego de la energía vertida durante el puntapié inicial vino un poco de relajo tanto por parte de Beach Fossils como de Niño Cohete. Hubiese sido interesante tener dos alternativas un poco más diferentes, porque tanto los de Brooklyn como los de Santiago ofrecen un pop bastante emparentado. Al menos estos últimos demuestran que ya manejan bien su propuesta en directo y que el pop que han desarrollado funciona en un festival de estas características, sobretodo si juegan de local.

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Kakkmaddafakka

La media tarde ofreció quizás las alternativas más extravagantes, por un lado en uno de los escenarios principales Kakkmaddafakka armaba un especie de circo musical, aunque no se tomaran muy en serio ni ellos mismos. La otra opción era Omar Souleyman en el escenario electrónico junto a las piscinas. El calor y la curiosidad por ver como cuajaba lo del Sirio repletó el escenario electrónico. Muchos terminamos hipnotizados bajo la reinversión de los ritmos de medio oriente.

El evento tomó un nuevo reposo de la mano de Real Estate, a quienes el fuerte viento que acostumbra a caer en la tarde les jugó una mala pasada. Eso sumado a una propuesta bastante íntima terminó por entregar un espectáculo algo deslavado que nunca prendió. Al menos se sacudieron la sensación dando un preciso concierto al día siguiente en la sala Ex-Oz de la capital chilena. Distinto fue lo que pasó con Erlend Øye & The Rainbows. El noruego ya es de la casa, donde tiene fanáticos para cada uno de los proyectos que ha emprendido. Así, levantó el ánimo de quienes pretendían guardar energías para más rato. Le vienen bien los ritmos mediterráneos de los cuales se ha enseñoreado.

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Erlend Øye & The Rainbows

Lo que vino a continuación con Yann Tiersen fue el toque de seriedad que algunos estaban exigiendo, aunque suene contrario al espíritu de un festival de esta índole. Para bien o para mal, lo del francés fue el pivote para dedicarse más a oír que a saltar. Tal vez un propuesta más prendida hubiese venido mejor para atacar el frío que comenzaba a hacerse presente a esa hora.

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Ya con los primeras estrellas que aparecían en el cielo vino el turno de Mogwai. Los escoceses venían a presentar el aún fresco Rave Tapes en su ya tercera visita al país austral. Desde un principio todo sonó compacto y contenido, y por primera vez pareció que el público respetaba hasta los silencios. Siendo una propuesta instrumental es realmente admirable lo bien que funciona lo de Mogwai en un festival. Las quijadas desencajadas y los ojos desorbitados primaron entre el grueso de los concurrentes. Para muchos la nota alta del día.

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Mogwai

De vuelta en el escenario que congrega a las bandas latinas los locales Electrodomésticos dieron un pedazo de espectáculo. Un repaso por su poco prolífica, pero intensa carrera. Resulta notable lo bien que funcionan en conjunto canciones que tiene décadas de diferencia en su concepción y, a la vez, lo clásico que se siente escuchar los temas de su ultimo trabajo Se caiga el cielo.

Si bien la noche cerró con las diversas presentaciones de 2manydjs, Four Tet y los locales Matanza, el gran cierre vino algunas horas antes con Tame Impala. Los australianos han labrado un camino seguro en las audiencias locales y calado más que un par de éxitos en las radio. Crecen cada día más en popularidad y cuando una banda de calidad logra eso no queda otra que alegrarse. Además, el repertorio que han ido creando gana tanto en directo que llega a producir vértigo y lo que invocan retumba profundo en las mentes de los presentes. El cierre con “Apocalypse Dream” fue un remate de buena fortuna y satisfacción. Para ellos, para los presentes y para los que nos han traído este día de delicadeza sonora.

Tame Impala

Tame Impala

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