Estamos obsesionados con la juventud. Bueno, no con la de todos. Con la femenina. Así también con la perfección: se espera que las mujeres sean delgadas, sin rastros de maternidad o vida. Y si no lo son, se espera que lo oculten o se den una “ayudadita” que termina haciendo lucir a la gente como una figura de cera de sí misma. Aleah Chaplin lo sabe y para contrarrestar un poco esta tendencia, se ha dedicado a pintar mujeres de cierta edad, con cuerpos reales. Y aunque ha habido quien califique su trabajo de “grotesco”, ha tenido excelente aceptación en galerías alrededor del mundo. Con una técnica cercana al hiperrealismo, Chaplin encuentra la belleza en cada una de esas “imperfecciones” –que nos hemos acostumbrado a eliminar con edición de imagen u ocultar con ropa que “discreta”– y les da foco logrando resultados sublimes.

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