Texto: Daniel Patlán

Hay grupos que se convierten en leyenda gracias a su música, sus presentaciones en vivo y toda la parafernalia alrededor de ellos. Son estos grupos a los que otorgamos la medalla de clásicos y son los clásicos los que fungen como influencia de las bandas noveles (casi todo guitarrista tocó “Stairway To Heaven” o “Enter Sandman”). Sin embargo, la mayoría de estas bandas no llega muy lejos, pocos son los casos exitosos. Ahora, ¿qué pasa cuando juntas a una nueva banda clásica interpretando un disco clásico de una gran banda clásica? La respuesta está justo delante de nuestros oídos.

Banda clásica: Pink Floyd. Disco clásico: Dark Side Of The Moonn. Nueva Banda Clásica: The Flaming Lips. Resultado: Una verdadera joya.

Los Flaming Lips decidieron hacer esta reinvensión del disco clásico de los ingleses Pink Floyd a raíz de una presentación que harían para despedir el 2009 en su natal Oklahoma. Para estas versiones contaron con la participación de Henry Rollins (actor, DJ de radio, artista del llamado spoken word y al que muchos ubicaran como vocalista de Black Flag) y Peaches, así como de la joven banda Stardeath and White Dwarfs, también de Oklahoma.

Escuchar “On The Run (con Henry Rollins)” seguida por “Time/Breathe (Reprise)” y “The Great Gig In The Sky (con Peaches & Henry Rollins)”, para después continuar con una alucinante y ácida versión con vocoder de “Money (con Henry Rollins)” y rematar con una versión espacialmente melancólica de “Us & Them (con Henry Rollins)”, es una excelente muestra del sello característico de la casa, cortesía los Flaming Lips: sonidos esquizofrénicos y psicodelia pura.

Otra canción que entra en la categoría de joya es “Brain Damage (con Henry Rollins)”, ahora a cargo de Stardeath & White Dwarfs. Es muy parecida a la original: sencilla, con algunos ruidos de fondo y dejando la psicodelia a un lado. El puente ideal entre el bloque esquizoide logrado por los Flaming Lips y la canción final “Ecliipse (con Henry Rollins)” ahora interpretada por un súper combo: la banda liderada por Wayne Coyne más Henry Rollins, más los apadrinados Stardeath and White Dwarfs. Increíble.

Nadie mejor que los Flaming Lips para hacer este tributo a Pink Floyd. Quedó como anillo al dedo. Excelso, mágico y sublime.