Tajo Abierto es el título para el tercer disco de la cantante chilena, Francisca Valenzuela, quien el 9 de septiembre lanzará el material. Este trabajo resultó inesperado y a la vez muy colorido por los distintos matices que cada uno de los productores aportaron a las canciones del álbum. Valenzuela colaboró con cuatro diferentes: Dave Sitek (Yeah Yeah Yeahs), Aureo Baqueiro (Natalia Lafourcade,) Jesse Rogg y Vicente Sanfuentes. Ellos fueron quienes ayudaron a darle forma al LP.

A la también compositora chilena le pedimos que describiera la aventura que vivió para la creación de Tajo abierto, dentro un diario que pudiera compartir con sus seguidores. En esta entrega nos cuenta cómo fue trabajar con algunos de los productores, su experiencia con ellos, los buenos ratos, el surgimiento de ideas y discusiones que terminaron convirtiéndose en Tajo abierto.

“Cuando estuve escribiendo y componiendo las canciones de Tajo Abierto –desarrollando ideas de arreglos, de producción, etcétera– nunca pensé que el álbum terminaría teniendo varios productores. Fue algo que comenzó a suceder orgánicamente, y, al mirar en retrospectiva, fue una experiencia alucinante y tan, tan enriquecedora. Yo llegaba con cada productor con las canciones terminadas, compuestas y con una propuesta de producción musical y arreglos– y luego, en conjunto, armábamos o desarmábamos la canción con base a eso”.

“Trabajé durante una estadía en Los Ángeles, California y fui grabando las canciones con cada productor en su propio estudio independiente. En el caso de tres de ellos, eso significó en su casa –en estudios profesionales e increíbles, sí– pero estudios tan cómodos, ricos, solitarios, libres, relajados. No puedo pensar en nada mejor que estar a gusto con amigos, casi en pijama (jejeje) jamming con la música. Cada productor y estudio era distinto –en uno teníamos cenas y sobremesas largas, con intensas discusiones políticas y siesta en la terraza, jugando con mascotas: perro y gatos varios; con otro nos proponíamos ir a almorzar o cenar a restaurantes distintos del barrio y conversar de la contingencia latinoamericana– pero en cada estudio y con cada productor siempre hubo un trabajo y creatividad profunda, alucinante. Aprendí muchísimo de cada uno”.

La única canción que trabajé de manera distinta fue el tema ‘Cuequita del corazón’. Esa canción, desde el momento que la escribí, supe que la quería grabar con mi banda chilena, en Chile, con un cuarteto de cuerdas y todo. Y así fue –nos fuimos dos días a Estudios del Sur, a las afueras de Santiago, con todo el equipo, y grabamos casi todo el tema en vivo y tuvimos un tremendo cuarteto de cuerdas que grabó los arreglos del tema durante una tarde. Lo pasamos muy, muy bien–  el estudio era bellísimo, los equipos buenísimos y teníamos una cabana donde almorzábamos y cenábamos comida tradicional chilena. ¡Un sueño! Jajajaja. Así que este disco, Tajo Abierto, resultó ser musicalmente ecléctico y poderoso – tal como fue la experiencia de construirlo”.