Foto: Flickr/Universidad de Deusto

Foto: Flickr/Universidad de Deusto

Cuando pensamos en adicciones y excesos en la música nos imaginamos a Guns N’Roses o Metallica en los 90, pocas veces (sino es que ninguna) vienen a nuestra mente imágenes de músicos de orquesta, sin embargo, son un gremio que sufre demasiado este problema.

Channel 4 (canal británico) hizo un documental junto a Rachael Lander, una cellista retirada que decidió salirse de ese círculo vicioso para curarse sus adicciones. En el documental participa también el compositor James McConnel, quien encontró en esta historia una manera de abordar la muerte de su hijo, Freddy, quien era amigo de Peaches Geldof y murió de una sobredosis de heroína a los 18 años. Desde pequeño, Freddy fue diagnosticado como un genio, e incluso era parte de Mensa, una organización inglesa sin fines de lucro para niños superdotados.

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En el documental llamado Addicts’ Symphony, aborda desde la perspectiva de Llander el porqué y cómo es que los músicos de orquesta se vuelven adictos al alcohol y a las drogas beta bloqueadoras (éstas funcionan para tratar trastornos del ritmo cardiaco). En el caso particular de Lander, su adicción empezó cuando ella comenzó a beber alcohol para calmar sus nervios antes de cada concierto, pero la razón por la cual éstos músicos están más propensos a las adicciones tiene que ver con el pánico escénico que viven cada noche que se presentan en vivo, el estilo de vida, las horas muertas, trabajar los fines de semana, tener que socializar después de cada concierto, etc. Según comenta Llander.

Actualmente, Lander trabaja como mesera, ya que abandonó su anterior trabajo para poder tratar sus adicciones. El documental Addicts’ Symphony se estrenó el pasado mes de agosto.

Vía Channel4.com