Cuando los libros de historia hablen de las nuevas formas de escuchar y compartir música y expliquen cómo la industria se adaptó a los nuevos formatos, el nombre de Ariana Grande e Iggy Azalea deberán tener al menos un párrafo dedicado a ellas.

¿Por qué? Ariana Grande alcanzó el número uno en las listas de popularidad del Reino Unido con “Problems”, colaboración con Iggy Azalea. Lo importante aquí es que para alcanzar la cima con ese sencillo, no se contaron únicamente las ventas del track, sino que también se contaron el número de reproducciones en streaming.

Los charts ingleses registraron un número de 113,000 copias vendidas, pero de esta cifra, sólo 106 mil son ventas reales, mientras que las 7 mil restantes fueron por las reproducciones de la canción en Spotify, donde ésta acumuló, desde su estreno en abril, 712 mil reproducciones, lo que se traduce a 7120 copias vendidas, pues de acuerdo al criterio de la medición de ventas, reproducir 100 veces un track por más de treinta segundos equivale a una copia vendida.

Para darle todavía más importancia a esta pareja, cabe señalar que Iggy Azalea logró posicionar dos canciones suyas a la cabeza de las listas de popularidad de Billboard con “Problem” y “Fancy”, en número uno y dos respectivamente, algo que ningún otro artista había logrado desde The Beatles con “I Want To Hold Your Hand” y “She Loves You”.

Este cambio en la forma de medir la popularidad de un artista es un gran avance para la industria de la música, pues nos damos cuenta que la venta de discos en formato físico, e incluso en formato digital, está perdiendo terreno contra las reproducciones en streaming.