El Pretty Hate Machine de NIN es quizá uno de los mejores debuts de la historia. 1989 se terminaba y Reznor ponía en nuestras manos una bomba de elegancia enojada, bailable e inteligente. No había todavía himnos depresivos, ni tantas cicatrices. Habían tracks perfectos para desangrarse luego de estrellar la cabeza en la pared. Eso había.

De entre los sencillos oficiales y no oficiales del disco (que por cierto es de los álbumes “independientes” más vendidos de los Estados Unidos), “Sin” es quizá el más interesante y perturbador, y también al que se le ha hecho menos justicia.

Acá les dejamos el video sin censura que ilustran nuestros minutos favoritos de NIN. No se lo enseñen a sus papás, ni a sus hijos, ni a sus maestras, ni a sus suegros.

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