Travis se encuentra a unos cuantos años de llegar a las tres décadas de carrera, tarea nada fácil para cualquier banda. Después de tantos tiempo haciendo lo mismo es normal que llegue un momento crítico, un punto de reflexión en el que surgen muchas preguntas, desde “¿a dónde vamos?” hasta “¿vale la pena seguir con esto?”. Me atrevería a decir que ese momento llegó en la carrera de Travis  poco antes de la grabación de su nuevo álbum de estudio Where You Stand. En el séptimo LP de estudio de la banda nos encontramos a la banda con todas sus fuerzas, virtudes y hasta defectos que han repetido en el pasado. No es algo malo, simplemente parece que tras haber experimentado con otros proyectos y en su álbum anterior, ahora se volvieron a encontrar, dejaron que el pop acústico de los días de The Man Who volviera a ser la fuerza central de su sonido y la verdad, Travis no necesita más.

Sus mejores momentos llegan en sus puntos más sensibles, cuando conquistan a su público sólo con una guitarra acústica, una buena melodía y las nostálgicas pero certeras letras de Fran Healy. En Where You Stand, Travis vuelve a lograr esos momentos. Basta con escuchar la canción que da nombre al disco para recordarlo. Es el grupo en todo su esplendor: nostálgicos, románticos e inevitablemente emotivos. El disco tiene algunas de sus mejores canciones en los primeros minutos,  entre ellas “Moving” uno de sus cortes más pop (y candidato a sencillo) que suena como que fue creada para musicalizar alguna película del director Richard Curtis (Love Actually, Bridget Jone’s Diary). Con silbidos y un pegajoso coro, “Reminder” se convierte en una canción extremadamente alegre que puede transformar el peor día en el mejor momento de la semana. Le sigue “Where You Stand” que, como ya se mencionó, es un nuevo clásico de Travis.

Desafortunadamente el disco empieza a tambalearse en las siguientes canciones. En “Warning Sign” se nos vuelve a ir el sonido clásico y en lugar de eso aparece una versión que suena a alguien más, tal vez los coros de fondo (dignos de un soundtrack de Phil Collins) tuvieron la culpa. “A Different Room” en momentos suena más como un B-side perdido de U2 que como Travis en pleno 2013. Afortunadamente, sólo son un par de canciones en las que la banda se tropieza y al final se logran recuperar para cerrar con grandeza. La primera parte del fin llega con “Boxes”una nostálgica balada que trata sobre la monotonía de la vida moderna. Un beat interesante de fondo demuestra que la pueden experimentar con su sonido, sin perder su esencia. El gran final llega con “The Big Screen”, otra nostálgica balada que antes de que termine dejará a más de uno con la lagrima en el ojo.

Where You Stand es un disco con altos y bajos, pero que en general sobrevive porque en los momentos altos Travis recuperó su esencia y se escuchan más cómodos que nunca. Al final del día no es un disco que producirá hits comerciales, tampoco se recordará como uno de los mejores de 2013 pero, ¿eso le importa a la banda o sus fans? Lo que sí es, es un álbum que nos recuerda porque nos enamoramos de Travis en primer lugar, uno que nos vuelve a poner nostálgicos y que conquistará a los fans del grupo. En 2013 Travis ya no es una banda con ambiciones disparatadas, escriben para ellos y sus fans, al grado que se han vuelto una especie de banda de culto y no hay nada de malo en eso.

Pueden escuchar el disco en el SoundCloud de la banda.