The Men.

“No tienes que gritar una canción para que quede claro que estás encabronado”.

Dice enfático Mark Perro, el vocalista de la banda originaria de Brooklyn, The Men, que el fin de semana pasado se presentó en el Foro Indie Rocks! de esta capital como parte del aniversario de esta revista.

Sin embargo, a mí me vendría bien que el cantante alzara un poco la voz, como lo hacía atronadoramente en “Problems Burning Up”, mi canción favorita de Immaculada, el primer disco de la banda, publicado en el ya lejano 2010.

Llevo 10 minutos entrevistándolo a él, además de al otro militante original, Nick Chiericozzi (también guitarrista y cantante), el baterista Rich Samis y el bajista Kevin Faulkner, y casi no consigo entenderles. Nos encontramos en el restaurante de un hotel de la colonia donde el grupo se hospeda. Como reza la Ley de Murphy: “si algo puede salir mal, seguro lo hará” y a mis espaldas un contratista taladra con potencia la pared. Y como cerecita del pastel, de la cocina brota el alboroto de trastes que los lavaloza organizan como parte de su trabajo. Con semejante escenario en mi contra, intento recoger en la grabadora las palabras de una agrupación punk cuyos músicos hablan a un volumen inusitadamente bajo, como si estuvieran oficiando misa en vez de contarme cómo sucedió la transformación entre Immaculada y Tomorrow’s Hits, su quinto disco de estudio, lanzado en marzo del año pasado.

“Las emociones tienen que expresarse a través de la música, no necesitamos gritar todo el tiempo para que la gente entienda que se trata de una canción rabiosa. Vaya, que me quedé pensando en lo que platicábamos sobre los géneros musicales. Son tan relativos. Conozco a muchas bandas que se autodenominan punks y de punk no tienen nada”.

Mientras habla, Nick lo escucha con detenimiento. Kevin hojea una revista, indiferente a la charla y Rich de plano encuentra mucho más interesante lo que sucede en la pantalla de su iPhone.
“Me cuesta mucho trabajo explicar la música”, explica Nick. “Cuando una canción es buena, funciona. Siempre que tenemos una colección de canciones que funcionan juntas, sabemos que tenemos un disco terminado. El cambio en el sonido se dio que nos diéramos cuenta”.
Esto porque quienes haya escuchado la más reciente de sus grabaciones se darán cuenta que con el paso del tiempo y los discos (Leave Home, de 2011; Open Your Heart, de 2012 y New Moon, de 2013), sus canciones se hicieron mucho más melódicas y menos estridentes. En el caso de Tomorrow’s Hits, por ejemplo, es mucho más patente el uso de armónica y otros instrumentos de viento.

“La canción te dicta. Si sentimos que ahí va una trompeta, la ponemos. Si necesitamos un violín, ahí estará”.

Por lo menos en lo que a actitud y simplicidad se refiere, The Men continúa emparentado con el punk. Si está muerto o no, dice Perro, “no lo sé, el punk surgió en los setenta y estamos en 2014, así que ha sufrido múltiples transformaciones.” Le saco a colación el regreso de Blink 182 y me responde que aunque no le gusta, tampoco nada tiene malo qué decir acerca de ellos.
Lo que The Men sí mantiene del espíritu punk es el control que tiene sobre su obra. Para ello, ha sido determinante la relación de largo aliento que establecieron con la disquera Sacred Bones, que ha publicado la totalidad de su obra. Nick opina:

“No es que planteemos conscientemente un ‘do it yourself’, pero la realidad es que hay demasiado talento aquí. Kevin, por ejemplo, sabe tomar fotografías (de hecho, entre él y el disperso Rick diseñaron la portada del último álbum), además tenemos una disquera no interfiere en la parte creativa. Podemos dar los conciertos que queremos y promover nuestros videos en Internet. En fin, no perdemos control creativo sobre nuestra música”.

Hasta donde llevamos platicando, el grupo no había ido a comer. Yo venía de devorar una hamburguesa. Quizá así pudiera explicarse su baja glucosa. De ahí que en la recta final les preguntara si planeaban continuar con su costumbre de grabar un disco por año como hasta el momento. Mark me dijo que no lo sabían porque :

“Por primera vez no tenemos un disco listo en el momento de lanzar el nuevo, siempre lo habíamos hecho así. Salía un álbum y ya teníamos grabado el siguiente. Ahora nos lo tomaremos con más calma. En este momento sólo queremos tocar, los conciertos son nuestra gratificación por haber hecho un buen trabajo en estudio”.

¿Leen sus propias reseñas?

Una pregunta más, ¿leen sus propias reseñas? Nick se adelanta:

 “Todos los grandes discos de la historia, desde Led Zeppelin hasta The Rolling Stones, fueron destrozados por la critica”.