El día de hoy viajaremos casi una década al pasado para recordar una curiosa anécdota relacionada con Quentin Tarantino, pero al mismo tiempo uno de los errores más grandes cometidos por Metallica (después de su álbum St. Anger, su álbum Lulu y muchos errores más, pues).

Tal y como es bien sabido por los fans de Metallica, así como por la industria de la música, Lars Ulrich es un intenso aficionado del cine, e incluso ha logrado explorar con su banda los complicados terrenos de la pantalla grande.

De hecho, a lo largo de casi cuatro décadas de carrera, Metallica ha estrenado distintos largometrajes, entre los cuales está el celebrado documental Some Kind of Monster, pero en el otro extremo está el fallido concierto-película Through the Never.

Bueno, el punto es que Lars Ulrich no es ajeno al cine, y en 2011 contó la historia de cuando Quentin Tarantino pidió permiso a Metallica de usar las canciones “Enter Sandman” y “Sad But True”, mismas que iban a sonar en las dos peleas más grandes de Kill Bill, Vol. 1, incluyendo la mega pelea de “Black Mamba” con los “Crazy 88’s”.

Todo ocurrió durante una cena en la que Quentin Tarantino invitó a Lars Ulrich para pedirle sus canciones y presentarle su visión de cómo quería usar la música de Metallica en su entonces próxima película.

“Los puños impactarían los rostros en los acentos [de la música]. Las patadas coincidirían con el sonido de los platillos. Todos los cuerpos volarían con el ritmo de la música”. Esto fue lo que Tarantino habría explicado a Lars, durante dicha cena.

Sin embargo, Lars cuenta que, al recibir el guión, su emoción por incluir la música de Metallica comenzó a diluirse, simplemente porque dejó de verle sentido y, al final de cuentas, desechó el proyecto para siempre.

“Me di cuenta de que casi todo el guión estaba escrito en un lenguaje fuera de mis capacidades de entendimiento. Simplemente no pude abrir mi cerrada mente danesa. Celebro sus películas, lo amo como persona, pero después de 180 páginas, me sentí muy desconcertado y poco cómodo por no entender [el guión]”, declaró Lars.

Y para terminar con esta curiosa anécdota, Lars reveló que haber rechazado a Quentin Tarantino es, para él, su “error más grande desde el departamento creativo de Metallica”.