Texto: Daniel Patlán (@folkmetender)

Hay pocas cosas en la vida tan reales y sinceras como Internet. Básicamente, para todos aquellos que crecimos en la era de la tecnología y las computadoras, Internet es nuestro segundo hogar. Sé que suena trillado, pero es la verdad. He conocido a mis mejores amigos gracias a Twitter, estoy en donde estoy gracias a Internet. La web es una plataforma en la cual hemos podido desarrollar ideas, contactos, amigos, parejas, proyectos, carrera profesional y un largo etcétera. Si no fuera por Internet y sus facilidades, mi trabajo como fotógrafo nunca hubiera tenido el alcance que hasta la fecha ha tenido. Si no fuera por Internet nunca habría conocido a grupos que cambiaron mi vida, ni hubiera encontrado bandas nuevas cada semana, ni me hubiera sorprendido con los videos que vemos a diario en la web.

Está más que comprobado que la televisión dejó de ser la vía por la cual nos enteramos de las novedades musicales, MTV dejó de ser el referente que fue en los 90’s. YouTube mató a la estrella de televisión, Soundcloud y Bandcamp mataron a la estrella de la radio y todas las aplicaciones para smartphones mataron a la estrella del teléfono que sólo sirve para hablar. Internet y su maravilloso universo nos da de comer a muchos de mis amigos y a mí. La relación que tenemos con Internet va mucho más allá del ocio, es una relación igual de importante que la que podríamos sostener con cualquier otro ser vivo. Internet dejó de ser una cosa y se humanizó para albergar a todos los curiosos, entusiastas, metiches, chismosos y genios de todas las artes, llámese música, cine, foto, pintura, animación, escultura, política, literatura, etc. Todos le debemos mucho a Internet.

La tan mencionada iniciativa de ley SOPA (Stop Online Piracy Act) no sólo atenta contra la diversión del internauta, sino contra los derechos humanos de todos aquellos que tenemos una relación especial con la web. Los derechos de autor ni la deben ni la temen, pocas son las personas, bandas o artistas que se quejan de las descargas ilegales y del intercambio de archivos. Aquellos que se quejan son las personas que más trabajo les cuesta adaptarse a las nuevas vías de compatir y distribuir la información.

SOPA atenta contra todo en lo que tú que estás leyendo este texto crees. SOPA no es nada más que una manera de reprimir y censurar a una generación que está tomando el control de la información. Llámese Anonymous, Wikipedia, Google, Soundcloud, Bandcamp, Twitter, Facebook, MySpace, LifeBoxset.com, tu blog o el de tu amigo, todos somos parte del cambio generacional que se lleva a cabo desde la habitación, sala u oficina de cada uno de nosotros. Internet es una revolución que no puede ser frenada por iniciativas como SOPA, PIPA o la Ley Doring. Si consumes música, libros, películas, fotografías u obras de arte a través de Internet, eres parte de algo mucho más grande que una ley.

#stopSOPA