Corey Taylor de Slipknot nunca ha sido tímido a la hora de mostrar afecto por sus artistas y colegas favoritos. Ha halagado a exponentes de grunge como Pearl Jam o Nirvana y a pioneros del metal como Pantera o Fantômas, sin embargo; su canción favorita de la década del 2010 pertenece a nada más y nada menos que los ídolos suecos, Refused.

Formados en Umeå, en el frío noreste de Suecia en 1991, el impacto de Refused en el heavy metal es indeleble. Surgieron de la escena hardcore con un espíritu implacable de extrema izquierda, lo que les hizo destacar desde el principio. Durante un tiempo, incluso se les asoció con la subcultura straight-edge, antes de que se independizaran y establecieran un sonido propio.

De sus 30 años de trayectoria, el periodo más prolífico en la carrera de Refused fue en la década de los noventa. Publicaron tres discos incluyendo el seminal ‘The Shape of Punk to Come ‘ (1998). Fue decisivo para cambiar el rumbo de la música heavy, y muchas caras famosas citan su influencia como Linkin Park, Blink-182, Thursday e incluso Duff MacKagan, de Guns N’ Roses.

Sin embargo, Refused se separó en 1998 solo para regresar brevemente a los escenarios 14 años después, en 2012. En 2014 regresaron una vez más y esta vez para quedarse. Lanzaron su cuarto álbum, ‘Freedom’, del que se desprende el sencillo “Elektra” con algunas de las letras más políticamente cargadas del vocalista Dennis Lyxzén.

Para Corey Taylor, esta mezcla de la dinámica abrasadora de Refused y las astutas letras de Lyxzén convirtieron a “Elektra” en su canción favorita de la década de 2010, elogiando particularmente el riff de guitarra fuera de tiempo. Le dijo a Rolling Stone en diciembre de 2019:

Mi canción favorita de la década de 2010 fue: ‘Elektra’ de Refused. Como alguien que esperó mucho tiempo a que volvieran, esa canción marcó la pauta”.

“Ese álbum tiene melodías increíbles. Era como un cara o cruz entre eso y ‘War on the Palaces’, pero ‘Elektra’ son sólo tres minutos de puro Refused. Es un riff a destiempo que nunca crees que vaya a resolverse como lo va a hacer, y la ejecución es tan jodidamente frenética y asombrosa. Ese mismo riff se puede tocar seis veces diferentes de una forma distinta, y nunca pasa de moda”.