Nos hemos obsesionado con las selfies, lo que quiere decir que estamos obsesionados con nosotros mismos. Cada que nos tomamos una le recordamos al mundo que, a nuestro parecer, de todo lo que nos rodea lo único interesante somos nosotros. Bastante creepy, ¿no? Pues la cosa no se detiene ahí. Según un estudio de la Academia Americana de Cirugía Facial Plástica y Reconstructiva, los cirujanos plásticos en Estados Unidos han visto un incremento en la demanda de cirugías de nariz en alrededor de 10%, porque a los pacientes no les gusta como lucen en las selfies. Y lo que es aún peor, los cirujanos tienen que rechazar muchas de éstas solicitudes porque las “imperfecciones” que ven los selfieadictos muchas veces son producto del ángulo o la calibración de la cámara.

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Otros pacientes están solicitando rejuvenecimiento de manos, por la nueva moda de posar el anillo de compromiso en redes. Literal, las personas se ven más afectadas por su imagen en redes sociales que lo que ven directamente en un espejo. Vaya, su ser real es un mero vehículo para su ser social.

Vía: Qz.com