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Los bombardeos entre Israel y Palestina han tenido una intensa actividad en los últimos días con el ataque por parte de Israel al territorio de la franja de Gaza, el cual ha despertado rechazo ante la comunidad musical de todo el mundo.

Roger Waters, quien se ha distinguido por ser un fuerte defensor contra las políticas judías en los territorios ocupados de Gaza y Cisjordania, comentó en una entrevista con la revista Counterpunch el año pasado, que la ocupación, la limpieza étnica y el sistemático apartheid racista llevado a cabo por el régimen israelí es inaceptable. 

El músico que participa en la campaña internacional de boicot, desinversión y sanciones contra la colonización, el apartheid y la ocupación israelí (BDS), se manifestó en contra de los actos de violencia en la Franja de Gaza. En propias palabras del músico, mucha gente hizo la “vista gorda” ante la opresión de los judíos desde 1933 hasta 1946 y esta vez el escenario no es nuevo, excepto que ahora son los palestinos a los que matan.

Declaraciones como esta no son nuevas, pues vienen junto a cartas que Waters ha enviado a la comunidad musical solicitando que cancelen sus conciertos en el país de Medio Oriente, obteniendo una respuesta positiva, como la de Stevie Wonder que canceló su presentación en la cena de gala de las Fuerzas Armadas israelíes en el 2012 o la de Neil Young que canceló su concierto que se llevaría a cabo en Tel Aviv el próximo 17 de julio debido a una carta en la que Waters lo comparaba con sus héroes de la música como John Lennon, quien demostró amor y compasión al mundo con sus letras, cosa que según el bajista, Israel no hace.

La respuesta de la comunidad judía llegó a través del rabino Shmuley Boteach, un popular líder de Nueva York, que en 2013  en una columna del New York Observer, afirmó que los nazis eran un régimen genocida que asesinó a seis millones de seres humanos, y que si tiene la audacia de comparar a los judíos con  los monstruos que los asesinaron, demuestra no tener decencia, corazón, ni alma. 

¿Ustedes qué opinan?

Via Counterpunch