Pese a las críticas, los haters y detractores algo es cierto sobre el reggaetón: Es uno de los géneros musicales más populares del planeta.

Tan solo el año pasado, el puertorriqueño Bad Bunny se alzó como el artista más escuchado en Spotify, y el primero de habla hispana en ocupar dicha posición. El día de hoy, el reggaetón suma otro adepto a su causa, y se trata nada más y nada menos que de la ciencia 🤓.

Específicamente, hablamos de una tesis doctoral que demuestra que el reggaetón provoca mayor actividad cerebral que otros géneros como la música clásica, electrónica o folclórica.

Jesús Martín-Fernández, neurocirujano del Hospital Universitario Nuestra Señora de la Candelaria en Santa Cruz de Tenerife (Canarias, España); es el responsable del estudio cuya finalidad es demostrar el efecto de diferentes estilos musicales en la activación de las regiones cerebrales auditivas-motoras. Una rama de la neurociencia poco explorada, según dice el propio experto para Agencia EFE.

Para la investigación se seleccionaron 28 personas sin formación musical previa, con gustos musicales variados y una media de 26 años de edad.

Primeramente se hicieron pruebas de oído para analizar capacidades musicales, midiendo su facultad de discriminación de melodías y fases rítmicas. Posteriormente se realizó una resonancia magnética funcional, mientras los participantes escuchaban varias canciones a las que se les eliminó la letra para ofrecer una mayor claridad.

Algunos de los temas que se emplearon fueron en reggaetón “Shaky” de Daddy Yankee y “Ginza” de J Balvin; en electrónica “Passion” de Alberto Feria y “L’amour toujours” de Dzeko; en clásica el concierto en mi menor de Vivaldi y el minué de los aires en re de Luis Cobiella; y en folclore folías y malagueñas canarias.

Los resultados arrojaron que fue el reggaetón el que mostró mayor activación en las regiones del cerebro encargadas de procesar los sonidos (áreas auditivas) y de procesar el movimiento (áreas motoras), discrepancias que resultaron mayores cuando se comparaban con la música clásica, por ejemplo.

La activación tan significativa en las áreas del cerebro encargadas del movimiento podría deberse:

A la generación de un pulso interno dentro de nosotros al tratar de adivinar cuándo viene el siguiente pulso. Es como si el reggaetón, con ese ritmo peculiar y repetitivo nos preparara para el movimiento, para bailar tan sólo con escucharlo.

Vía Agencia EFE

Subraya Jesús Martín-Fernández que el reggeatón no siempre se vale de acordes más básicos que otros estilos como la electrónica, pero sí los emplea de manera predecible, además de tener un ritmo que no varía a lo largo de la canción. 

La música clásica, por otro lado, es mucho más compleja, con mucha mayor variedad tímbrica, melódica y con un ritmo mucho menos marcado y, por lo tanto, menos predecible.